A la par que el deporte, sobre todo el de base, que requiere de un mayor conocimiento para dar a esas personas, sean de las edades que sean, lo mejor para su desarrollo tanto deportivo como personal; la Psicología aplicada va evolucionando para ofrecer esas herramientas prácticas, fundamentadas desde la evidencia, con el fin de ofrecer esos entornos óptimos para cada persona en particular y cada grupo en general. No se trata de aplicar recetas generales, sino de “hacer cosas” que tengan fundamento psicológico de manera que se manejen aquellas variables o aspectos psicológicos para que esas personas funcionen mejor y sean mejores. Este es el gran reto de la Psicología del Deporte: un trabajo de calidad donde no es necesario “hacer mucho”, pero sí “hacerlo bien” y con el mayor impacto posible.
Con relación a ello, cada vez más hay más profesionales (psicólogas y psicólogos del deporte) que saben qué observar, cómo adaptarse, “dónde están” esos aspectos psicológicos en el deporte y, en función de todo eso, qué hacer para, sin “tocar demasiado”, “hacer mucho”. Es un trabajo fino, de calidad (apasionante, por cierto), que requiere conocimientos y, sobre todo de saber hacer, sin prisas pero sin pausas, con calidad.
Desde esta perspectiva, es importante implantar acciones que ayuden a los diferentes responsables deportivos a hacer mejor su trabajo manejando aspectos psicológicos relacionados con sus papeles en el deporte de base.
Por ejemplo, es necesario colaborar estrechamente con los y las técnicos deportivos para detectar necesidades y aplicar estrategias, dentro del trabajo diario, que incidan en el funcionamiento psicológico de los/as deportistas. O ayudar a los responsables organizativos a que las competiciones, torneos, puntuaciones… y cómo se afronten todas ellas sean óptimas en función de la edad y características de los deportistas. O facilitar herramientas y puntos de vista para que los/as gestores deportivos tengan protocolos de actuación, objetivos adecuados, elijan bien a sus trabajadores en función de buenos criterios… para que todo funcione de la mejor manera. Y qué podemos decir de los padres y las madres y su fundamental papel en el deporte de base… para ellos/as es necesario que sepan qué hacer para ofrecerles lo mejor a sus hijos/as. O los/as árbitros/as que comparten momentos intensos relacionados con la competición de los/as más jóvenes, y deberían conocer cómo relacionarse con los/as jugadores/as, entender momentos de frustración, cuándo decir y cuándo no…
Y después están los/as deportistas que pueden ir adquiriendo competencias psicológicas en función de la edad y necesidades…
Desde la Psicología del Deporte tenemos los grandes retos de seguir ayudando (mejorando si cabe esas acciones basadas en lo posible en la especificidad) a las personas que están alrededor del deporte de base de manera “natural”, como alguien que está ahí, que sabe lo que hace y que “aporta lo suyo” con mucho fundamento y eficiencia. Trabajo de calidad para ofrecer lo mejor a esos/as jóvenes deportistas que se merecen lo mejor.
Ciertamente es un reto continuo, porque todo avanza y la Psicología del Deporte también. ¡Seguimos en este apasionante camino!
David Peris Delcampo
@dperisd
Presidente Federación Española de Psicología del Deporte
Presidente Associació de Psicología de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Profesor de la Universitat de València ·Entrenador N3 TDS de Fútbol y Fútsal · Psicólogo Experto en Psicología del Deporte