Deportistas del futuro reciente

Parece obvio recalcar que lo que les enseñemos ahora a los deportistas de base determinará, en una enorme medida, cómo van a comportarse en el futuro reciente y no tan reciente. Es decir, si les enseñamos a los y las deportistas que tenemos a nuestro cargo a que “hay que ganar por encima de todo, pase lo que pase, dándole importancia enorme al resultado y dejando en segundo plano cómo se hace”, lo que estamos provocando es que, cuando se enfrenten a situaciones deportivas en el futuro, valoren todo lo que haga en función de si ganan o pierden y no en relación a lo que han hecho y cómo lo han hecho. En cambio, si les enseñamos a estar pendientes de lo que realmente pueden hacer cuando compiten con otros, analizando lo que ha ocurrido dentro del campo de manera constructiva… generamos deportistas que se esfuercen dando su máximo buscando controlar todo lo que está a su alcance.

En el primer caso, estamos generando excesiva presión con el aumento de las emociones negativas, mientras que en el segundo fomentamos la ilusión por hacerlo bien, superar retos, y alcanzar objetivos ilusionantes a base del trabajo. Es decir, en el primer caso tenemos deportistas quizás inseguros que evolucionan poco porque están poco pendientes de la mejora, mientras que en el segundo tenemos deportistas que cada vez con más hábiles haciendo frente, según sus posibilidades, a las diferentes circunstancias del juego, a través de emociones facilitadoras buscando dar el máximo haciendo lo que saben.

Obviamente, estas dos opciones son un resumen de lo que podrían considerarse dos polos opuestos de lo que es generar deportistas mentalmente fuertes en el futuro que se centren en lo realmente importante (el juego, aprender, objetivos ilusionantes…), a lo que serían exprimir el “aquí y ahora” en busca únicamente del resultado sin tener en cuenta lo que se hace para lograr el ¿éxito?

Obviamente, para generar deportistas mentalmente fuertes, hay que trabajar con criterio, adaptándose a cada deportista pensando en ofrecerle recursos para que cada vez sean más hábiles. Y eso no lo puede hacer cualquiera, claro.

Ahora en los momentos finales de la temporada y pensando ya en los inicios de la siguiente tras el necesario descanso veraniego, es bueno replantearnos este tipo de cuestiones y responder claramente a las siguientes preguntas: ¿bajo qué manos dejamos a nuestros/as deportistas jóvenes? ¿Cuál es el criterio sobre el que se trabaja?

Desde mi punto de vista la respuesta está clara, muy clara: buscar entornos que hagan que los y las jóvenes deportistas aprendan, se centren en lo importante que pueden controlar, tengan relaciones sanas con técnicos y deportistas, se planteen retos ilusionantes, asocien la actividad deportiva a emociones agradables… porque eso, hará que, en un futuro, cuando se enfrenten a las diferentes situaciones deportivas se comporten  y experimenten las situaciones tal y como los adultos responsables le hemos enseñado.

Recuerden el funcionamiento de Rafa Nadal, por ejemplo, que se centra en lo que puede controlar, buscando soluciones útiles a lo que le ocurre, a través de una mejora constante con retos ilusionantes… porque, además, se gana más si nos “centramos en nuestro trabajo”, y no en cosas externas a lo que podemos hacer dentro de la cancha.

Nuestros, nuestras deportistas del futuro van a funcionar en relación a cómo les hayamos enseñado, en gran medida. Depende de nosotros, de técnicos, dirigentes, padres y madres, otros profesionales… cómo van a experimentar sus momentos esos deportistas de ese futuro reciente y no tan reciente.

David PerisDelcampo
@dperisd
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte
Entrenador Nacional de Fútbol y también de Fútbol Sala
Profesor de la Universitat de València
Presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Vicepresidente de la Federación Española de Psicología del Deporte

Autor / 54 publicaciones

Psicólogo experto en Psicología del Deporte apasionado por el mundo del fútbol y el fomento de un deporte de calidad. Tengo el título de Entrenador Nacional de Fútbol y también el de Fútbol Sala y, desde hace más de 25 años, trabajo ayudando a deportistas, entrenadores, dirigentes, padres y madres… a que gestionen los aspectos psicológicos del deporte de la mejor manera. Soy el presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana y Presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte.

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