Claves psicológicas para descubrir las mentiras del fútbol base

Foto: ABC

Nos encontramos en la salida hacia la nueva temporada y después del parón obligatorio, las expectativas y las ilusiones se hayan disparadas. Energía renovada, nuevos proyectos, nuevas contrataciones, muchas ganas de ponerse a prueba y, de repente aparece la creencia: ¿este va a ser nuestro año? Un engaño mental que funciona como factor motivador, pero que tiene la consistencia del humo y se desvanecerá durante las primeras jornadas. Cómo nos suele pasar en Navidad con la lotería, tendremos que esperar a la próxima temporada y así probablemente una tras otra.

En esta situación especial, que ha renovado y potenciado el vínculo futbolístico, los intereses de unos (clubes) y otros (padres, jugadores) interactúan de forma sinérgica y las barreras de la crítica y el análisis se desvanecen. Estamos en un momento muy especial en dónde es muy fácil cometer errores, embaucados por la palabrería y la promoción artificial. Partiendo de esta creencia, me gustaría aportar algunas claves para descubrir a los tramposos, a saber:

1. Formación en valores

Huir de quienes insisten y la repiten. Es curioso, que cuando es contratado un técnico deportivo que tendrá responsabilidades directivas establece su discurso en base a la formación, los valores y el factor humano. Estas ideas son socialmente convenientes, pero en la practica deportiva son ideas inconvenientes, porque enturbian lo que realmente se pretende que es ganar y ascender. Esa formación humana, queda relegada por la formación física, técnica y táctica. Desgraciadamente el prestigio deportivo no lo da el comportamiento de los miembros de la Escuela (directivos, padres, jugadores) sino las categorías en las que compiten sus equipos. Por lo tanto, ¿en que debo fijarme para establecer opiniones y criterios?, en el organigrama del club. Si los únicos profesionales contratados son técnicos deportivos y no existe apoyo, supervisión o control de otros profesionales vinculados al desarrollo humano, sospechar y poneros en guardia, porque esa formación en valores prometida muy probablemente será una quimera.

2. Servicios añadidos

Las ayudas ergogénicas (nutrición, conciliación del estudio y el deporte). Aquí las preguntas clave serán: ¿quién? y ¿dónde? No todos lo profesionales vinculables al deporte han recibido la misma formación y se han acercado a los mismos conocimientos. Tendréis que diferenciar entre desempeño (lo que sabe hacer), competencia (formación recibida) e intrusismo (desempeño no avalado académicamente). Por ejemplo, cuidado con los clubs que dicen contar con un “coach”, porque suelen ser personas de verbo fácil y dudosa competencia (para saber más os remito a mi artículo “Si buscas un coach, es obvio que lo que necesitas es un psicólogo”) que tienen un perfil más deportivo que psicológico (exjugadores, preparadores físicos, etc.). En cuanto a la segunda pregunta (¿dónde?), habrá que interesarse por las instalaciones, ¿posee aulas anexas?, ¿cuenta con salas o despachos para un trabajo individualizado? Una cosa es querer, que parte de la necesidad o el interés y otra poder implementarla, que responde a la realidad.

3. Nuevo proyecto

El engaño de la novedad. Los clubes que están en permanente cambio refuerzan la idea de que no saben muy bien a que metodología apostar. Suelen mantener principios, estilo, filosofía, ideas vagas y superficiales que descubrirás cuando rascas e intentas profundizar. Muchos clubes se enorgullecen con las nuevas incorporaciones, nombres conocidos, nuevos proyectos, generalmente con avales fundamentados en el fracaso, que es lo que suele significar el cambio, del tipo que sea. Yo siempre he pensado y mantengo, que a los “buenos” hay que ir a buscarlos porque no suelen cambiar de club, cosa que no ocurre con los ambiciosos, apátridas de currículum amplio y estancia breve.

4. Basar el éxito sólo o fundamentalmente en la dirección deportiva

Pasarse de frenada. Todos sabemos que el prestigio y el éxito de la Escuela o el Club lo dan los entrenadores y los jugadores. Esos son los cimientos que sustentan todo el edificio. Ellos son quienes pasean y exhiben los colores y la imagen de la Escuela. La Dirección deportiva colabora en esa dirección cuando selecciona bien y potencia la labor de sus colaboradores (formación, afecto, cercanía…), labor importante, necesaria, pero no suficiente. Por lo tanto, basar una elección sólo en un nombre, es un riesgo que se cuenta por temporadas y las categorías van de dos en dos. Aquí las decisiones incorrectas duran un año y el berrinche algo más.

Para finalizar, intentaré resumir brevemente la esencia del artículo. Ante las llamadas y la promoción interesada, varias cosas. No respondáis inmediatamente, meditar y razonar las decisiones, dedicarles tiempo. Interesaros por la historia y el presente del Club que tengáis en mente. Prepararos para responder a la pregunta: «¿por qué este club y no otro?». Visitar sus instalaciones, examinar su página web, hablar con amigos y conocidos. Fundamentar la decisión es la vacuna que os ayudará a hacer más tolerable el error y la frustración consiguiente. Pensad que se ha abierto la veda y la palabra no tiene el valor que se le presume.

Texto: Joaquín Lluch
Psicólogo Deportivo
Club Colegio Salgui

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