Llevamos más de seis años tratando diariamente de dar visibilidad al deporte femenino e inclusivo al mismo nivel que el masculino, y la apuesta por la igualdad que en ESPORTBASE llevamos a cabo desde nuestros inicios está de sobra acreditada. Por eso, a estas alturas de nuestro recorrido, estamos obligados a dar nuestro punto de vista acerca de la polémica Guía que la Generalitat de Catalunya pretende implantar próximamente en los patios de los colegios de su territorio.
Nuestro editorial, evidentemente, no va dirigido ni a los centros educativos ni a los presentadores del espacio en TV3, sino a «los impulsores» (sic) de una medida -que deje de ser obligatoria la construcción de una pista de fútbol en el patio de los colegios- que, según su parecer, está destinada a que los patios «dejen de ser machistas» (sic).
¿Han preguntado a las ni´ñas que sí juegan al fútbol o futsal en dichos lugares su opinión respecto a la medida?
De verdad, no damos crédito a que, apenas 24 horas después de que una futbolista española -catalana, para mayor concreción, de Mollet del Vallés– logre por primera vez en la historia conquistar el Balón de Oro, las autoridades decidan dar un decidido paso en la dirección de que ninguna otra niña pueda ser Alexia Putellas en el futuro.
Los campos de fútbol o futsal en los patios son, para infinidad de niños y niñas, el primer lugar donde entran en contacto con el deporte. Sí, puede que el fútbol sea el preferido de la mayoría; y sí, estamos en contra de que monopolice el recreo. De hecho, las pistas de ‘futbito’ en los patios suelen ser polideportivas, con canastas incorporadas para jugar al baloncesto, posibilidad de jugar al balonmano con las porterías de fútbol sala, con huecos para postes y poder tender una red de voleibol…
Si hay que incluir más alternativas deportivas (otras canchas) o saludables (zonas verdes, pérgolas, bancos, etc), estamos a favor sin dudarlo, pero no a costa de eliminar uno de los pocos espacios en los cuales los jóvenes pueden practicar deporte, en una época en la cual todos los estudios oficiales indican que el sedentarismo es una de las grandes amenazas para las futuras generaciones.
Al disparate de liquidar estos espacios -o, más bien, dejar de hacer obligatoria su construcción- le sumamos el enfoque que «los impulsores» realizan respecto a sus cambios: eliminar los campos de fútbol para que los patios «dejen de ser machistas» implica pensar que el fútbol, como deporte, es machista y que sólo lo practican niños y hombres. ¿Y qué pasa con las mujeres que lo practican? ¿Y las niñas?
En el ánimo por rizar el rizo, «los impulsores» acaban teniendo ideas más machistas y retrógadas que las que ellos y ellas dicen estar tratando de combatir.
En definitiva, la idea se está topando con una fuerte oposición en redes sociales, y no descartamos que incluso alguna jugadora profesional acabe manifestándose ya que muchas de ellas han admitido, en centenares de entrevistas, que fue precisamente en el patio de recreo de su colegio donde empezaron a darle patadas a un balón.
Una pista de cemento no es machista. Es una pista de cemento donde se practica deporte. Ningún deporte, en su concepción más básica, es machista. Lo practican mujeres y hombres. Coloquen monitores, si quieren, para evitar que sólo los niños se adueñen de los espacios. Pero tratar de combatir un hipotético machismo eliminando una puerta más de acceso al deporte supone, por ir al grano, privar a miles de niñas de la posibilidad de jugar al fútbol con sus compañeras y compañeros en el patio.
¿Alguien les ha preguntado a ellas si les parece bien?