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Reflexiones sobre una vuelta a los entrenamientos cada vez más cercana

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Parece que se percibe una luz al final del largo túnel de la pandemia por la Covid-19 y es muy probable que las competiciones se pongan en marcha en breve tiempo. Mientras tanto, se han puesto en marcha los entrenamientos con unos protocolos sanitarios durante los mismos. Se percibe una gran ilusión por parte de todas las personas involucradas en el deporte de formación, pero conviene que reflexionemos sobre las especiales circunstancias para este regreso, un aspecto esencial para poder ofrecer la calidad necesaria en los entrenamientos.  

“Ley Universal del Aprendizaje: las personas, las organizaciones, las sociedades, para sobrevivir, tienen que aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia el entorno. Y para progresar, a más velocidad”

Antecedentes

Pensemos en un futbolista de formación que tuvo que dejar los entrenamientos de forma obligada en el mes de marzo y ha regresado a la práctica formal en su club. Muy probablemente este tipo de deportista ya no juega en escenarios informales como la calle o el patio del colegio y, además,  se ha visto sometido a confinamiento, con serias limitaciones y normas que han reducido enormemente su movilidad

Grosso modo su inactividad estará en un arco temporal de entre 5 y 10 meses con las consecuencias negativas en relación a su condición física, su nivel técnico y su estado psicológico, que serán muy importantes y deberían ser tenidas muy en cuenta a la hora de planificar los entrenamientos.

Entrenamiento

Así, partiendo de esta premisa, algunos aspectos serán fundamentales: 

  • ¿Qué variables psicológicas están en juego?

Mayoritariamente los deportistas jóvenes se incorporarán a los entrenamientos con un enorme interés y deseo de reencontrarse con una actividad que les gusta y que practican con otros compañeros y amigos. Una actividad que les permitirá salir de sus rutinas y las limitaciones impuestas, luego su motivación básica será alta. Pero este impulso inicial deberá ser fortalecido diariamente y aquí está precisamente el reto fundamental al que se enfrentan los entrenadores, desarrollar adecuadamente la motivación cotidiana de los futbolistas jóvenes. 

Sergio Ramos: “Mi abuelo siempre me decía: no dejes de poner el ladrillito diario, porque siempre acabas acomodándote, y siempre piensas ‘mañana pongo el de ayer’”.

Además, será fundamental desarrollar la percepción de control en los futbolistas, planteando ejercicios donde predominen las experiencias de éxito. Hay que tener en cuenta que algunas de las demandas que se realicen durante el entrenamiento pueden resultar estresantes para jóvenes en periodo de aprendizaje y con un largo periodo de inactividad.

Por tanto, no se trata de que los entrenadores realicen una pretemporada al uso, con una planificación exhaustiva que desarrolle una idea estándar de preparación. Muy al contrario, al ser una situación excepcional y aún sin fecha para iniciar la competición, tendrán que valorar muy bien estas circunstancias de las que se parte para intentar acertar en los primeros pasos a dar en esta reentré.  

  • ¿En qué contenido poner el foco?

“El mejor entrenador es el que enseña la técnica

Los protocolos sanitarios, (“no hay mal que por bien no venga”, me decía un director deportivo hace no mucho), casi obligan al entrenador a poner la enseñanza de la ejecución de los movimientos técnicos en un lugar preferente de su planificación. ¿Es acertada esta decisión?

Cómo decía Johan Cruyff, jugar bien consiste en ejecutar correctamente todos los movimientos: el ritmo del balón, el control, cómo lo pasas, la posición, los centros… son factores decisivos que hay que manejar con la técnica suficiente para que su ejecución sea un éxito. Estos aspectos deberán ser prioritarios en los entrenamientos.

Si estás entrenando a un chaval, le debes explicar cómo debe tocar el balón, con qué parte del pie, en qué posición ponerse para golpearlo, qué precauciones tomar si se le acerca un rival, qué circunstancias ha de tener en cuenta, cómo debe de ser de rápido al ejecutar… Es decir, los entrenadores de fútbol deben dejar de optar por hablar y preocuparse de otras cosas: la táctica, la preparación física, que por muy importantes que sean, nunca lo serán tanto como la técnica, y deben dejar de alejarse de lo esencial en la reconstrucción del deportista que está volviendo a la práctica del fútbol.

La correcta adquisición de recursos técnicos favorece el fortalecimiento de la autoconfianza del futbolista, un aspecto esencial en un contexto de incertidumbre. Además, es importante potenciar este trabajo pues es el mejor salvoconducto para poder evolucionar como jugador en el futuro. Cualquier futbolista de formación se verá obligado de forma periódica a poner a prueba sus aprendizajes en contextos progresivamente más competitivos, el dominio adecuado de los recursos técnicos serán su mejor aval. Pensemos por ejemplo, en el jugador Ansu Fati al que todo el mundo ensalza por sus dotes técnicas con el balón. 

La motivación del entrenador

“Para poder motivar, tienes que estar motivado… pero siempre en las mismas coordenadas que necesiten tus deportistas”

También los entrenadores deberán ajustar su propia ambición en este reinicio de los entrenamientos para evitar, por ejemplo, sensaciones de enfado o desánimo al querer avanzar a un ritmo que no sea el que los jugadores necesitan y pueden asimilar. Estrategias como tener un adecuado control de las expectativas de rendimiento, con el establecimiento de objetivos realistas y la aceptación de los errores que sus deportistas puedan cometer durante la práctica les podrán ayudar a ser más eficaces.   

Al mismo tiempo, el entrenador -para regular su propia motivación- puede establecer un objetivo para mejorar a nivel individual:

  • ¿Qué objetivo quieres conseguir?
  • ¿Qué acciones concretas debes realizar para poder conseguir tu objetivo?

Algunos aspectos psicológicos clave

Con el objetivo de beneficiar el funcionamiento mental de los deportistas durante las sesiones de entrenamiento, los entrenadores pueden utilizar algunas de estas estrategias.

1) Establecer objetivos prioritarios 

Uno de los aspectos más importantes que el entrenador debe vigilar es no querer desarrollar demasiados contenidos en un solo entrenamiento. Al contrario, deberían establecer objetivos de realización prioritarios en las sesiones. Este aspecto ayudaría a mejorar la capacidad atencional de sus futbolistas al estar más concentrados en poder realizarlos.

Por ejemplo, si la conducta prioritaria del entrenamiento es “presionar al jugador con balón”, el entrenador debe planificar los ejercicios adecuados para que sus futbolistas puedan realizar esta conducta.

2) Participación de los deportistas

A partir de la categoría Cadete, será una magnífica oportunidad para avanzar en el empoderamiento de los futbolistas si los entrenadores son capaces de hacerles participar en alguna toma de decisión que les afecte. 

Por ejemplo, el entrenador de Juan le ha preguntado qué aspecto técnico cree que debe mejorar de aquí a Semana Santa. Curiosamente los dos coinciden en que es su golpeo con el empeine (objetivo de realización); así que a partir de ahora este será el aspecto básico a desarrollar. Juan, al haber tomado parte en la decisión está más motivado y, sobre todo, mucho más atento en todos los ejercicios de disparos a portería y cuando debe utilizar este gesto técnico. Además, algunas tardes baja por su cuenta a la cancha del barrio y se esfuerza en seguir mejorando.    

Si, al llegar a Semana Santa, Juan percibe que su dominio del gesto técnico ha aumentado, se sentirá con mucha más confianza y a partir de aquí, será mucho más fácil plantear nuevos retos técnicos de forma conjunta con su entrenador. 

3) Nivel de exigencia y exigencia progresiva

Aunque el fútbol es un deporte de equipo, los entrenadores no deben perder de vista las diferencias individuales que existen entre sus deportistas. Esto implica, fundamentalmente, que no todos los futbolistas pueden o deben avanzar al mismo ritmo que sus compañeros. Si en circunstancias normales, este es un aspecto importante que se debe gestionar adecuadamente, en las actuales circunstancias es aún más determinante para tratar de evitar en los futbolistas los efectos negativos de la inactividad por la pandemia:

  • Respuesta de estrés negativo, en el jugador al que se le exige avanzar más deprisa de lo que sus condiciones le permiten asimilar.
  • Desmotivación, en aquellos deportistas a los que se hace entrenar a un ritmo menor de lo que sus capacidades les permitirían.

En cualquiera de los dos casos, los entrenadores deben alimentar adecuadamente la Motivación de cada deportista, planteando retos atractivos de forma progresiva.

Edades críticas

La importancia de los aspectos que hemos venido comentando hasta aquí, se incrementan en el caso de algunos deportistas que están en edades críticas de su desarrollo deportivo. En estos casos, el mantenimiento de las actuales circunstancias, y sobre todo, no accionar la tecla correcta en los entrenamientos pueden tener un peso muy negativo en su trayectoria deportiva. 

Pensemos, por ejemplo, en Pedro. Que iba a pasar este año de alevines al fútbol-11 con todos los cambios que necesitaba asimilar. Ahora sus entrenadores le han comentado que, al alargarse esta situación, casi 10 meses sin entrenar, su adaptación a la nueva categoría le llevará mucho más tiempo. En plena transformación física y emocional, se va a enfrentar a una situación que le va a suponer realizar un gran sobreesfuerzo. En estos casos será clave que los entrenadores posibiliten que el deportista consiga una sensación de dominio de la nueva situación en lugar de sentirse mucho tiempo indefenso.

Este tipo de deportistas, son vulnerables y pueden ser firmes candidatos a abandonar el deporte cuando comprueben que ya no tienen los recursos necesarios para controlar las demandas que les exige el fútbol y este se les haga un camino cuesta arriba: mucho menos disfrute (beneficio) y más obligación de esfuerzo y dedicación (mayor coste).

Vamos terminando…

“Tengamos la capacidad de crecer centrándonos en lo que depende de nosotros”

Ni la distopía más imaginativa del historiador Mike Davis nos avisó de las circunstancias tan adversas en las que tendríamos que vivir y la forma en cómo iba a afectar al mundo del deporte. Llegados a este punto no es conveniente quedarnos parados maldiciendo las condiciones no óptimas de entrenamiento o la imposibilidad de poder competir. La clave para poder avanzar, será entender y, sobre todo, aceptar las circunstancias que tenemos ahora, para a partir de este punto saber elegir la mejor estrategia que nos posibilite ser lo más eficaces posibles. Este es el único camino para progresar, mantenernos mentalmente indemnes y poder ayudar adecuadamente a los futbolistas jóvenes. 

J. Enrique Rincón
Psicólogo deportivo
www.psicologiaparaentrenadores.com

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