En numerosas ocasiones se ha analizado la actitud de los padres en los terrenos de juego, llegando a calificarlos en dos grupos: los que suman y los que restan. Todos aquellos que ayudan a fomentar los valores educativos, el respeto, la humildad y pasan desapercibidos porque no les gusta que resalte su figura… forman parte del primer grupo, los demás: el segundo.
La gran mayoría de los padres acumulan una gran cantidad de horas en los terrenos de juego, junto a sus hijos. Los llevan a entrenar (algunos deciden quedarse) y a los partidos. En clubes como el CD Utiel pueden llegar a invertir de 6 a 8 horas semanales los que son del mismo pueblo, los que no, entre 9 y 13 horas, como nos indica Pepe Agut, Director de la Escuela. La motivación que les lleva a ello es «el interés de los hijos por jugar al fútbol«, añade.
En determinados casos la obsesión por que sus hijos progresen y terminen consolidándose como grandes jugadores les lleva a adoptar comportamientos inapropiados. «Hacemos reuniones, charlas… intentando transmitir valores y defendiendo el respeto y juego limpio pero en los días de partido, siempre hay algún padre o madre, que lo olvida. Esa es la gran pelea que tenemos», matiza el Director de la Escuela del CD Utiel.
“Deberían mantenerse al margen cuando sus hijos están o bien entrenando o jugando un partido. Cuando un ‘papá’ o una ‘mamá’ le dice a su hijo lo que debe hacer y saltarse al entrenador no le está haciendo ningún favor”, nos cuenta Rafa Puchol, entrenador del Burjassot CF. “Muchos no son conscientes de sus actos, y de la manera que actúan lo único que hacen es perjudicarles. También los hay que tienen un comportamiento ejemplar. Chapeau por esos papás y esas mamás, aunque en muchos casos no sea así”, puntualiza.
No es nada sencillo lidiar la tarea de entrenador y educador de los jóvenes jugadores con la de reeducar a los padres que no se comportan como es debido. “Un padre que corrige a su hijo si no juega bien o si esto no lo hace así o de esta manera… Al niño le puedes provocar un estrés o presión que en muchos de los casos opte por no jugar o tener ‘miedo’ cada vez que juegue un partido pensando en que si no lo hace como su padre dice pueda luego tener esas ‘represalias’ al llegar a casa”, comenta Puchol. Esa presión puede terminar pasando factura a los más pequeños. “De la otra manera, si sobre proteges a un niño inconsciente lo estás desprotegiendo, no lo educas para que sea de manera autosuficiente, le creas un estado de inseguridad… por lo que los casos extremos pueden llegar a que tu hijo no rinda como sabe hacerlo”, matiza Puchol, todo un trotamundos del fútbol valenciano.
El gran problema llega cuando los padres piensan que tienen a una futura estrella del fútbol en casa, entonces es en ese momento cuando le incentivan a convertirse en ella, en lugar de dejarle disfrutar. Terminan recriminando decisiones tácticas o arbitrales.
“Para que entiendan que es un juego hay que mentalizarse que a nadie le gusta fallar nunca (desde mi punto de vista como árbitro) pero que no deja de ser una actividad para el disfrute”, cuenta Rafa Tejado, árbitro FFCV.
Le preguntamos a David Domenech, portero del CD Burriana, por la evolución de los padres en función de la categoría en la que juegan sus hijos y nos lanza una reflexión digna de analizar:
“Cuando los niños empiezan en el fútbol todo es bonito, los padres quieren que se diviertan sus hijos y compitan, sin obligación de hacer de sus hijos unos ganadores, solo buscan el entretenimiento. Con forme van subiendo de categorías, muchos padres van incentivando a sus hijos que lo único que importa es ganar, incluso hay muchos casos en los que ellos tienen que ser mejor que sus propios compañeros y eso acaba quemando psicológicamente al niño, ya que a veces termina perjudicándolo. Contradicen las decisiones del entrenador y buscan únicamente lo que ellos piensan que es para el bien individual del niño, sin pensar en sus compañeros. La actitud de que solo vale ganar para un niño, de tan reducida edad, hace que esos padres tengan a veces actitudes violentas e intolerantes con árbitros, entrenadores o incluso padres del equipo rival”.
Es importante que cada niño vaya adquiriendo unos valores que le ayuden a crecer como persona. Por ello el apoyo de los padres es importante en su crecimiento personal. “Un comportamiento ejemplar de una madre o un padre es el que además de animar, tiene un valor de educador”, nos cuenta Rafa Tejado. “Me explico, si un niño toma por buenas ciertas actitudes o comentarios ya sea hacia el árbitro, el entrenador, él niño o sus compañeros, llegarán a categorías superiores con unos hábitos nada buenos”, finaliza el árbitro.
Cuando acudes a un encuentro de fútbol base y realmente no sabes quienes son los padres de un equipo y quienes son los del otro es buena señal. Probablemente porque el buen ambiente dé lugar a ello. Por eso es imprescindible tener a “padres de ambos equipos solidarizados y con un único fin, que sus hijos hagan el deporte que les gusta, se diviertan y empiecen a tener un espíritu algo competitivo buscando el fin secundario que es ganar, luego de la diversión que el fútbol les ofrece”, argumenta Domenech. “Una grada con padres que animen a sus hijos, pero también a sus compañeros. Que los apoyen y les trasmitan confianza de que pueden hacerlo bien. Una grada que deje hacer el trabajo a los profesionales que se encargan de sus hijos (entrenadores, así como al árbitro), que no es nada fácil la tarea. Una grada que sepa motivar al niño para que si una semana no se gana, a la siguiente se intentará hacer mejor para lograrlo, siempre con el principal fin de divertirse”, puntualiza el nuevo portero del CD Burriana.
Toda esta publicación es bien merecida, no hay que interponerse con el juego de los niños, sea el deporte que sea, ahora bien y cuando son los mismos niños del equipo los que dejan de un lado a tu hijo, que ves que uno del mismo equipo o cole no quiere que juegue porque no juega bien, segun dice el, estamos hablando de niños de 6 y 7 años, a mi hijo este curso lo han dejado anímicamente por los suelos, cuando tienen que elegir a los niños para jugar el partido y ved nadie de su grupo lo elige y se esconden cuando le toca elegir a el, es muy triste, porque el seda cuenta de todo lo que le han hecho, hay que concienciar a los niños que es un juego y que no puedes sacar de la poteria a enpujazos al niño porque te creas que le van a marcar un gol y como tal niño piensa que no es bueno el mismo decida quitarlo sin el consentimiento del entrenador de la porteria.
Es muy triste ver ese tipo de actos, los niños tienen que saber tolerar y tener enpatia en todo, saber que cuando juegan en el patio es monopolio que siempre lo dirigen los mismos niños, y que dejem solo a un niño por que el o ellos crean que no juega bien es muy lamentable, lo que le han hecho sufrir, no quiero que suceda ni al mio, ni a los que son como el.
El tiene mucha ilusión y siempre hay alguien que se la quita de golpe.
A lo dejo.
Saludos