El año 2022 será recordado por todos los aficionados levantinistas como uno de los peores de la historia del club, habiendo batido el récord de más partidos seguidos sin ganar (27).
El año 2021 terminó con un club muy desestabilizado tanto dentro como fuera del campo, ya que la afición estaba dividida respecto a la directiva y había mucha disparidad de opiniones sobre la continuidad del presidente, Quico Catalán. En lo deportivo, el equipo no estaba rindiendo como se esperaba de ellos; ya sea por poca motivación o porque mentalmente estaban bloqueados, no se conseguía esa ansiada victoria que tanto tiempo costó obtener.
Desarrollo de la temporada
El 30 de noviembre de 2021, el Levante cesó al por aquel entonces entrenador, Javier Pereira, y con él a toda la Dirección Deportiva, con las cabezas visibles de David Navarro y Manolo Salvador.
El entrenador del filial, Alessio Lisci, se ponía a los mandos del equipo con un principal objetivo: levantarlos psicológicamente y, con ello, mejorar en el juego. Como él bien decía en rueda de prensa, «el equipo tiene mucha calidad, pero están bloqueados».
A pesar de ello, los resultados no mejoraban y el año 2022 empezó de la peor forma posible; derrota en el campo de La Cerámica por 5-0. Al final del encuentro y con la afición muy cabreada, decidieron acudir todos al parking del Ciutat de València, donde mantuvieron una conversación con el entrenador Alessio y dos de los capitanes, Coke Andújar y Sergio Postigo, quienes prometieron que darían todo por salvar la categoría.
La siguiente jornada, en un estadio en el que se respiraba tensión y nervios, llegó la primera y tan ansiada victoria contra el Mallorca (2-0), con goles de Roberto Soldado y José Luis Morales. Esto supuso un alivio y un estallido de alegría tanto para equipo como para afición ya que, a pesar del resultado, el partido fue muy duro y sufrido.
A partir de ahí, se vio un equipo muy comprometido. Pasaban las jornadas, el equipo competía cada vez mejor y, lo más importante, los resultados llegaban. El Levante consiguió marcadores muy importantes: contra el Granada, en su casa, ganando por 1-4, con un despliegue táctico y de calidad por parte del míster que hacía mucho tiempo que no se veía.
Cuando el equipo no estaba “fino” con balón, la afición era la encargada de levantarlos y ayudarles, como en el partido ante la Real Sociedad, donde se vio a un Levante con muchos nervios. Ese día la afición consiguió llevarlos en volandas hasta el final del partido.
Los buenos resultados seguían llegando, y equipo y afición estaban muy unidos a pesar de la continua división de opiniones respecto al presidente.
Descenso en el Santiago Bernabéu
Llegó el fatídico día -el cual todos sabían que llegaría, aunque nadie estaba preparado- en el Santiago Bernabéu. Era difícil. Afición y equipo lo sabían, pero siempre quedaba ese pellizco de esperanza que ayudaba a creer en la salvación. Pero acabó de la peor manera posible: el Levante perdió 6-0, con la consecuencia de perder la categoría matemáticamente. A pesar de ello la afición, fuera del estadio, siguió alentado al equipo.
Con el equipo ya descendido, la afición solo pedía una cosa, que diesen la cara el resto de los partidos y así fue; el Levante consiguió ganar los dos partidos restantes ante el Alavés y Rayo Vallecano.
Calma institucional
Llegó el verano y con él también el “examen” con el que se determinaría la continuidad del presidente. Con un resultado que no sorprendió a nadie: Quico Catalán ratificó su continuidad. Tanto él como el director deportivo, Felipe Miñambres, se disponían a afrontar el mercado de fichajes dando salido a jugadores que acababan contrato.
Nuevos fichajes y lavado de cara
Con el descenso, el equipo necesitaba un lavado de cara urgente. Hubo salidas: las más significativas fueron las de Roger Martí, máximo goleador de la historia del Levante UD; y la del entonces capitán y máximo referente de la entidad granota, José Luis Morales. Esta última marcha causo mucho dolor, ya que todos los levantinistas se sintieron traicionados por su propio capitán.
Pepelu se convertiría en un nuevo referente y emblema del Levante UD. Su decisión de renovar hasta 2023 fue de lo poco que daba ilusión a la afición granota. Meses después se sumaría Vicente Iborra, cuyo regreso a Orriols marcó un antes y un después en la ilusión de este nuevo proyecto. Esto se pudo ver en su presentación, donde acudieron más de 3.000 aficionados.
Felipe Miñambres se encargó de confeccionar un equipo a la altura para conseguir el principal objetivo del ascenso, consiguiendo retener a Jorge De Frutos y Campaña o mediante la incorporación de Alex Muñoz o M. Bouildini, entre otros. Además de esto, también logró algo muy difícil en lo extradeportivo como es obtener unos beneficios económicos de unos nueve millones de euros.
El entrenador elegido para este proyecto fue Mehdi Nafti. Este fue el primer gran error de Felipe, ya que no fue capaz de sacarle el máximo provecho a una plantilla con nivel y calidad, dejando al equipo a dos puntos del descenso. Felipe admitió públicamente su error y él mismo, junto a Chema Sanz (entrenador del filial), se hicieron cargo del equipo durante dos jornadas.
Llegada de Javi Calleja
Un cambio a tiempo puede salir bien y, con este reemplazo, el Levante ha salido muy reforzado. El nuevo técnico Javi Calleja ha sabido cambiar la actitud de un equipo bloqueado, y al que parecía que la presión por el ascenso le podía, a un conjunto más atrevido y ambicioso. Desde su llegada, contando partidos ligueros y de Copa del Rey, el equipo no ha conocido la derrota en doce partidos, dejando al conjunto granota coqueteando con los puestos de ascenso.
Fotos: Levante UD