En la presente edición, un hilo de Twitter de un padre con inquietudes sobr el fútbol base pasa a convertirse en un nuevo artículo de ESPORTBASE Think Tank. Recordad que podéis enviar vuestras reflexiones para que sean publicadas a través de múltiples canales. En esta ocasión, repite como autor Luis Requeni, lector habitual del periódico.
CONTRA LAS CONVOCATORIAS DE FÚTBOL-8
Si la Federació de Futbol de la Comunitat Valenciana puede ‘regular’ el que jueguen todos los niños convocados en fútbol-11, pienso que también debería meter mano en las convocatorias de fútbol-8.
Es ‘criminal’ que un equipo tenga 16 niños en sus filas y sólo se convoque a 10 de ellos para el partido del fin de semana. Dudo mucho que sea sana esta manera de motivar a los pequeños, y más si nos fijamos en los entornos de los equipos. ¿No estamos en periodo formativo? ¿Quién se ha sacado de la chistera esa fórmula? Al final, hay niños que no han disputado ni un sólo minuto oficial en nueve jornadas que llevamos de competición…
Me parece desgarrador e injusto.
Sí, estoy de acuerdo en que los ‘nanos’ están preparados para notar cierto grado de presión cuando tienen una corta edad (puede ser por ganar, o por representar un escudo), y esa presión deben transformarla en motivación. Les ayuda a crecer como personas y como futuros deportistas de élite.
También he comprobado en más de una ocasión que hay críos que compiten mejor que entrenan. No quiero decir que no den todo en un entrenamiento, pero es verdad que hay niños que en los partidos se crecen y, por una competencia desmedida entre COMPAÑEROS, no tienen oportunidad de demostrarlo.
Luego llegan los lamentos de que el deporte genera ‘juguetes rotos’…
Está claro que, cuanto mejor es una unidad, más puede ayudar al grupo que la componen. Pero no nos olvidemos de que todas las unidades deben trabajar por y para el grupo. Para el objetivo común. Tal y como está diseñado hoy por hoy el sistema de convocatorias en F8, estamos contribuyendo a crear seres individualistas que circunstancialmente ‘colaboran’ con el grupo.
Por el contrario, ver en primera persona trabajar a un grupo de niños cuyos egos están aletargados y en el que TODOS tiran del carro, en el que TODOS trabajan de igual manera con el mismo objetivo… es un sentimiento mágico.
Texto: Luis Requeni / Foto: FFCV