Foto: Guardia Civil
El ‘Caso Betenasa’ supuso un tremendo ‘shock’ para el mundo del fútbol base de la Comunitat, tras la detención el pasado verano del presunto pederasta que guardaba más de 300.000 imágenes obtenidas de niños en vestuarios y duchas de diversos recintos deportivos en los que la práctica del fútbol base era habitual.
El diario Las Provincias ahondó este viernes en la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, centrada en localizar el alcance del entramado que el sospechoso había puesto en marcha para, mediante la colocación de cámaras ocultas dentro de falsos interruptores para grabar imágenes de los menores de manera ilegal. Según sus pesquisas, niños de al menos doce clubes de la provincia de Valencia fueron víctimas del presunto criminal, tras un concienzudo análisis de los más de 320.000 archivos hallados en su ordenador.
El arrestado, de 43 años y natural de Torrent, era aficionado al fútbol e incluso estaba recibiendo la preparación para trabajar en un campus en calidad de monitor. Se ‘colaba’ en los vestuarios e instalaciones deportivas simulando ser un empleado, colocaba su dispositivo y lo recogía horas después, tras grabar las imágenes. Usando dichos documentos y basándose en los colores y escudos de las camisetas de los menores aparecidos en ellas, la Guardia Civil ha permitido localizar la docena de recintos de clubes en los que habría actuado. El presunto pederasta, acusado de delito contra la intimidad y tenencia de pornografía infantil, sigue ingresado en prisión de manera provisional.
La FFCV ha insistido en los últimos meses en la la obligatoriedad de que cualquier trabajador, técnico o entrenador que mantenga contacto habitual con niños debe tener en regla su Certificado de Delitos de Naturaleza Sexual, como método de control para evitar en el futuro sucesos como este.