El conjunto asturiano, con un gol en el 93′, aguó la fiesta del filial groguet que tenía el triunfo en la mano, pero las ocasiones fallidas hicieron que no se pudiese sentenciar el partido. Buena imagen, con dominio incluido, pero sabor agridulce, tirando a amargo, por el empate que deja a los groguets con 24 puntos a 2 del descenso.
La euforia y el éxtasis tras el triunfo ante el Valladolid hizo que el filial amarillo saliese decidido a vencer al Real Oviedo en el homenaje a Santi Cazorla. Y así fue. No se habían cumplido los 10 primeros minutos del encuentro cuando Carlo Adriano se vistió de Diego Armando Maradona para driblar a 3 jugadores y filtrar un pase excelso, que solo cabía en 2 metros² , para que Forés batiese a Leo Román. Ese tanto suponía el noveno de la temporada para el killer valenciano que no para de superarse.
A partir del gol, el Oviedo ganó metros y empezó a acercarse al área de Iker Álvarez, pero sin acierto. Bretones puso un buen centro al área pequeña que remató Masca sin fortuna. Estaba empezando a despertar el conjunto asturiano del arreón inicial del Villarreal ‘B’ que controlaba el duelo sin mucho sufrimiento. Ocurrieron pocas cosas tras superar la media hora de juego. Las revoluciones habían bajado y el equipo de Miguel Álvarez defendía el área propia en un estado ‘tropical’ y sin muchos alborotos. Espigares y Leković no estaban teniendo mucha faena en los primeros 45 minutos. Justo antes de llegar al entretiempo, Masca ejecutaba un centro tenso al corazón del área, Iker lo despejaba y el rechace, a pocos metros de la portería, lo mandaba Seoane a las nubes. Era la más clara que habían tenido los visitantes. Se habían estirado los ‘carbayones’ al final del primer acto, pero sin acierto. Así se llegó al descanso: un minisubmarino mejor en los primeros compases que tuvo como premio el gol de Forés, pero, poco a poco, la balanza fue equilibrándose.
En el segundo período, el Villarreal salió con las mismas intenciones que en el primero: ir a buscar al Oviedo en un bloque medio-alto. Rodri iba a sorprender al equipo asturiano cuando le robaba la cartera a Abel Bretones y, en el mano a mano, se topaba con Román. El castellonense ajustaba bien el disparo, pero el guardameta respondía de maravilla al igual que hizo con Ontiveros en la jugada siguiente con un chut cruzado. Se empezaba a romper el partido y los visitante sufrían con los contragolpes del filial amarillo.
Los chicos de Luis Miguel Carrión se enchufaron más, pero les costaba generar peligro sobre la meta de Iker Álvarez. El B estaba cómodo y tranquilo a pesar de no tener la pelota porque al contraataque estaba torpedeando al Oviedo. Del Moral estaba siendo indispensable en la transición ataque-defensa ayudando una barbaridad a la defensa amarilla. Collado, Gelardo, Requena y Andrés Ferrari entraron en el tramo final para dar aire y sacar al equipo del campo propio en el que le había metido el Oviedo que había encerrado al filial.
Los últimos compases fueron de tener mucha sangría fría, prácticamente congelada, aunque los nervios se respiraban en el ambiente. Miguel Álvarez agotó el último cambio dando entrada a Abraham para mantener un resultado de oro que dejaba al filial lejos de la zona de descenso. Tasende tuvo la sentencia en el 91′ con todo el Oviedo volcado en campo del Villarreal, pero el lateral cruzó en exceso el cuero. Eso lo iba a pagar el filial que vio cómo en el último minuto Álex Cardero batía a Iker con un disparo a media altura desde la frontal.
Se lamentaba el B que tuvo la victoria en la palma de la mano y en el descuento se le escapó cerrar el 2023 de la mejor forma posible. Tras el gol, el Oviedo se iba a quedar con 10 con la expulsión de Dani Calvo tras una entrada por detrás sobre Requena. Así terminó el encuentro: con un sabor amargo para el Villarreal ‘B’ que pudo finiquitar el partido en la 2ª parte, pero acabó pagando la falta de acierto.
Foto y texto: Villarreal CF/ Xavi Jorquera