Foto: Mondo Ibérica
El parón de toda actividad deportiva como consecuencia de la crisis del coronavirus ha dejado sin uso los campos de césped artificial que, para no deteriorarse, también necesitan un mantenimiento «ligero y suave», según señaló a EFE Enrique Alcántara, director de innovación del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV).
Este instituto trabaja en la determinación de las características de las superficies idóneas para la práctica de diferentes deportes y una de ellas es el césped artificial cuya no utilización no conlleva efectos negativos, aunque se trata de un producto que requiere un mantenimiento mínimo.
Alcántara considera que, en principio, no es malo para el campo que no se use y recordó que el principal problema que se genera en este tipo de superficies es el del exceso de uso.
«Por ello, en estas circunstancias conviene realizar algo de mantenimiento con agua en los momentos en los que haga mucho calor o la insolación sea fuerte y, por el contrario, airearlo en los casos en los que llueve«, agregó el especialista.
“El éxito de la implantación del césped artificial se debe a que permite muchas más horas de uso con menos mantenimiento que el césped natural», recordó Alcántara, quien añadió que el problema llega cuando se le da tanto uso «que se llega a machacarlo».
«Sin un mantenimiento adecuado, se deteriora en un plazo muy rápido, pero no usarlo no tiene porqué conllevar una consecuencia negativa”, resumió.