Jugadores del Rayo Vallecano | Foto: Carlos Botella
Hay actitudes que, por sí mismas, ya constituyen un ejemplo para todos aquellos que tienen la suerte de poder vivirlas en directo. Y, habitualmente, éstas vienen dadas por la educación, el respeto y la inculcación real de los valores asociados al deporte.
A mucha de la gente vinculada al deporte base se le llena la boca cuando promulga que todo se puede aprender ahí. Y sin embargo, habitualmente a causa de los adultos, los niños dejan de disfrutar de lo que para ellos es un fin de semana de fiesta.
El Rayo Vallecano, junto a La Salle-Pol Teruel, constituyeron las presencias no valencianas del I Torneo ESPORTBASE & MTS Cup. Dos clubes de los 34 que decidieron apostar por un trofeo recién nacido en una Comunidad eminentemente turística.
La Salle-Pol Teruel | Foto: Carlos Botella
Quizá esa fue la clave: que tanto padres como hijos en los equipos madrileño y turolense veían el desplazamiento a La Pobla de Farnals como un regalo en medio de la Semana Santa. Un viaje donde los segundos disfrutarían del deporte que les encanta y los primeros, además de animar a los suyos, aprovecharían para disfrutar del sol y degustar la gastronomía local.
Nos centraremos en un ejemplo concreto. Al contrario que algunas de las escuelas con mayor tradición de la región, a quienes el comportamiento de una parte de sus integrantes –principalmente acompañantes- deslució el gran fin de semana que pasaron todos los niños de sus equipos, la afición del Rayo Vallecano demostró en todo momento una conducta exquisita y deportiva, respetando a los rivales y animando a sus muchachos en todo momento. Con modelos así en la grada, no es de extrañar que los jugadores del Rayo destacasen por su ‘fair-play’ y educación dentro y fuera del terreno de juego.
No en vano, toda la expedición rayista podría haber hecho patente su desilusión tras un largo viaje y un primer encuentro saldado con un 7-1 en contra. Y sin embargo, sus chavales no sólo se repusieron rápidamente, sino que incluso llegaron a la final de su categoría.
Jugadores del Villarreal | Foto: Carlos Botella
A veces, los clubes militantes en Primera División que participan en torneos de estas categorías encierran vicios adquiridos de las actitudes de sus mayores. Pero, como ocurre con el primer equipo, hay ‘algo’ en Vallecas que incita a la solidaridad y el respeto. Lo mismo podría decirse del otro conjunto de la máxima categoría, el Villarreal CF, impecable durante todo el torneo en el césped y en la grada.
Hay momentos en la vida donde perder duele y la reacción, de manera natural, no es la adecuada. Pero, en el caso del Rayo, tanto padres como niños sabían dónde iban, de qué querían disfrutar y cómo afrontar una cita importante, pero más lúdica que vital. Y, posiblemente, la reacción deportiva y mejora de resultados que tuvieron en el transcurso del torneo fue una de las consecuencias de esta actitud.
Porque a estas edades, aunque alguna gente siga sin darse cuenta, lo que cuenta es la diversión.
Buena Aficcion la del Rayo. Así se vió reflejadas la educación en el deporte que tienen estos chicos en el campo. Su remontada y sus ganas de jugar y divertirse con deportividad enhorabuena. Grandes estos muchachos que saben encajar derrotas y disfrutar del fútbol, estamos muy orgullosos de ellos, gracias a la organización que estuvo siempre muy atenta, grandes estos locutores que hicieron una labor muy importante y profesional, y gracias a esportbase que nos han premiado con este artículo.