Mucho más que un partido de fútbol base

Un sábado por la mañana cualquiera. O domingo, o festivo. En un campo cualquiera de nuestra terreta. Un grupo de padres y madres llegan a la instalación, con sus hijos o hijas. Esos jóvenes futbolistas se van juntando, con sus mochilas, comentando sus cosas, esperando a que estén con ellos los entrenadores, delegado… Mientras, esas madres y padres ya han localizado el bar, las mesas, sillas, la carta de bocadillos… para tomar el primer café, o el esmorçaret tan valencià. Y viene la tertulia de padres y madres: que si el equipo con el que “jugamos hoy” es de esta manera, que si este jugador está muy bien, que a ver qué “hacemos con lo bien que hemos entrenado esta semana”…  pero también otras cosas quizás más triviales (o no), que tienen que ver con cómo ha ido la semana laboral, o que si el equipo de “mayores” de turno juega contra éste o aquél o ya lo ha hecho, que si la familia, los amigos, la fiesta de anoche o de no se sabe ya cuándo… conversaciones, socialización, momentos en común. Experiencias.

Y los comentarios durante el encuentro, las emociones. Y después, que si el o la joven futbolista comenta eso de que “mamá, papá, ¿habéis visto lo que he hecho?” con esos ojos iluminados de ilusión. O las conversaciones durante la semana, de los entrenos o de lo que sea. Y los amigos que deja el fútbol y que quizás permanecerán para siempre.

Todo eso es mucho más que un partido de fútbol de niños, de niñas, de jóvenes. Es un momento de diversión, de contacto entre personas, de socialización, de crear vínculos, de compartir vivencias, la pasión y quizás todo lo que queramos añadir.

Ciertamente, no se me ocurre ninguna otra actividad que genere tanto a tantas personas: ocio sano, buenos valores, socialización, amigos que podrán ser para siempre, experiencias que “se meten en la mochila” para toda la vida, emociones… sobre todo para los mayores protagonistas, que son los jóvenes futbolistas, pero también para “los demás” (entrenadores, dirigentes, árbitros, madres y padres…).

Eso hay que cuidarlo.

Porque, lo que puede ser una enorme experiencia favorable para todas las personas, que participan de alguna u otra manera, donde además los jóvenes futbolistas aprendan buenos valores y otros aprendizajes que les harán mejores deportistas y personas; también puede ser negativa, estresante e incluso muy perjudicial para el desarrollo de los deportistas, si las cosas no se hacen bien.

El papel y como se comporten todos los implicados, determina cómo se cuida todo eso. Parece obvio pensar que la actividad está focalizada para niños/as, pero también para todas las demás personas que participan. De ahí la gran importancia de que cada rol haga bien su trabajo.

Desde esta perspectiva, aparece el libro “Mamá, papá, ¡quiero ser futbolista!” (ed. Librofutbol, 2023) para ofrecer esas herramientas prácticas, fundamentadas desde la Psicología, desde ejemplos que bien podrían ser reales, para que madres y padres sepan cómo “hacer bien su trabajo” en su importante papel en el fútbol donde juegan sus hijos e hijas.

David Peris Delcampo
@dperisd
Presidente Federación Española de Psicología del Deporte
Presidente Associació de Psicología de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Profesor de la Universitat de València
Entrenador N3 TDS de Fútbol y Futsal
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte

Autor / 49 publicaciones

Psicólogo experto en Psicología del Deporte apasionado por el mundo del fútbol y el fomento de un deporte de calidad. Tengo el título de Entrenador Nacional de Fútbol y también el de Fútbol Sala y, desde hace más de 25 años, trabajo ayudando a deportistas, entrenadores, dirigentes, padres y madres… a que gestionen los aspectos psicológicos del deporte de la mejor manera. Soy el presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana y Presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte.

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