El pasado sábado me puse el partido del Villarreal Juvenil B frente al Paterna. El equipo de Mario Bárcena se quedó cerca del triunfo ante el cuadro paternero en un partido loco donde los visitantes lograron empatar el partido en dos ocasiones e incluso remontarlo. En los minutos finales, Pablo Reyes puso el 3-3 para darle más emoción a la recta final del duelo. Se quedó con la miel en los labios el conjunto groguet.
Ese Juv B tiene mucho talento y está situado en la 3ª posición del Grupo 8 en Liga Nacional. Quizá puntuando por debajo de lo esperado, está a 7 puntos de la cabeza. Sin embargo, quedan muchos partidos de liga y seguro que peleará el título junto a Valencia y Levante.
Y viendo el partido, me fijé en un chico alto y esbelto con un tupé negro y un brazalete en el brazo izquierdo. Retrocedí hasta el inicio del partido y vi que era Pedro Luque Gimeno, curiosamente, natural de mi pueblo, Puzol. El central y capitán del juvenil amarillo no se ha perdido ni un solo partido en estas primeras 8 jornadas de liga. Solamente, fue sustituido a causa de una fatiga en el minuto 80 del tercer encuentro del campeonato.
Es un defensa tradicional y clásico, de defender y cortar balones. Por lo que le vi el otro día, le gusta defender a muchos metros de la portería encimando al delantero para que no pueda girarse. Eso le perjudicó en los últimos minutos porque estaba ya muy fatigado. En estático, le puede llegar a costar más debido a su alta estatura. Es un central muy espigado e imponente.
Lo ganó todo por arriba y además fue el primero en iniciar las jugadas desde atrás. Muy joven todavía como para sacar conclusiones definitivas, pero reúne las que, para mí, son las características imprescindibles que debe tener un defensa central: contundencia por tierra, mar y aire y liderazgo. Si a eso le añadimos, buenos primeros pases de calidad, nos queda un pastel que huele perfecto, pero que todavía le faltan unas horas en el horno.
Se hace fuerte en los duelos inidivuales y tiene una virtud que a mi personalmente me encanta. Cuando se enfrenta a un atacante más rápido que él no le deja ni un metro de ventaja (lo cual podría ser perjudicial si le cogen la espalda) porque sabe que a nivel físico es superior y va a ganar la disputa. Corre el riesgo de que en carrera le venzan. Por ello, se pega como al rival como una abeja a un tarro de miel imposibilitando que pueda girar con ventaja.
Con tan solo 16 años, es indiscutible para Mario Bárcena y, además, ha subido en varias ocasiones a entrenar con el Juvenil A de David Cifuentes debido a que Fran Tafalla entrena de vez en cuando con el Villarreal ‘C’. Se está fogeando muy bien en Liga Nacional y es uno de los grandes proyectos de centrales zurdos en la cantera grogueta.
No me extrañaría nada verlo debutar este año en División de Honor.
Foto y texto: Fútbol Juvenil/ Xavi Jorquera