Texto: Miguel Ángel García “Aroca” (@m_aroca14)
Entrenador fútbol y fútbol base
Director de La Soledad del Entrenador (@SEntrenador)
El árbitro español ha mejorado mucho en los últimos 15 años, sobre todo con la profesionalización. Ahora todos los árbitros de primera división pueden vivir del arbitraje, cuando antes debían compaginarlo con otra profesión. Quizá echo en falta ciertas cosas, por ejemplo, que sean más dialogantes, que dejen jugar, que no paren mucho el juego, pero sobre todo hay una cosa que podría mejorar la imagen que a veces se tiene de ellos: poder dar su opinión tras los partidos, reconocer públicamente que se han equivocado, explicar por qué han pitado una u otra cosa en acciones que muchas veces desde fuera, no se entienden.
Hablar tras los partidos los haría más accesibles, acercaría la figura del árbitro al aficionado. Soy de los que piensa que la prohibición de hacer declaraciones les perjudica más que les beneficia.
Nos vamos a centrar en el arbitraje en el fútbol base, donde el árbitro debe hablar mucho con los chavales, tener tacto en ciertas decisiones, e incluso a veces debe corregirles para que conozcan ciertas reglas que desconocen.
En los más de diez años que llevo entrenando en estas categorías he hablado con árbitros, con entrenadores de otros equipos, con gente vinculada al fútbol base, y casi todos estamos de acuerdo en que el arbitraje en el fútbol base tiene un problema significativo: La falta de formación. Hay una falta notable de gente que quiera ser árbitro, y esto hace que manden a pitar a chavales con muy pocas horas de formación. Son muchos los que se animan a pitar por los euros que van a ganar pitando algún partido los fines de semana, muchos de estos no tienen ningún interés, solo quieren terminar de pitar, cobrar e irse a casa.
A favor de los colegios arbitrales, están las campañas publicitarias y las realizadas en escuelas de fútbol base para atraer a chavales al mundo del arbitraje. Pero viendo fin de semana tras fin de semana partidos de fútbol base, uno entiende el porqué de la escasez de árbitros.
El comportamiento de muchos padres e incluso entrenadores (olvidando que son formadores) hacia los árbitros que en la mayoría de los casos, por edad podrían ser sus hijos, es lamentable. Sin olvidar los casos de agresión por parte de espectadores, padres, aficionados jugadores, que desgraciadamente, aunque cada vez menos, se siguen produciendo.
Quizá seria bueno que se fomentara cada cierto tiempo, que entrenadores de estas categorías se pusieran un día en el lugar del árbitro, dirigiendo un partido. O que estas iniciativas, se promovieran en las escuelas de fútbol, haciendo participe a los padres, para que ocuparan el lugar del árbitro al que critican en el mejor de los casos, cada fin de semana. Con estas medidas se darían cuenta de lo difícil que es acertar un fuera de juego en décimas de segundo, con el agravante de no tener linieres, o como decidir si el balón entro o no tras dar en el larguero, si ha sido mano dentro del área o fuera etc.
Como hemos dicho al principio, ser árbitro es muy difícil, pero si los que formamos parte del fútbol, en vez de ayudarle les ponemos las cosas más difícil… mucho peor.
Un comentario en “Ser árbitro de fútbol base es muy difícil… y si no les ayudamos, todavía más”