Llega el verano. Acaban las clases. Quizás también algún torneo. Y se para. Ya no hay entrenamientos, ni competiciones, ni aquello lo que rodea todo eso, que tiene que ver con los almuerzos antes de los partidos, las comidas de los padres, las emociones de antes y después de todos los participantes, los comentarios post, pre y durante con otros padres, hijos, seguidores asiduos… todo eso que hace que el deporte de base sea tan apasionante. Toca descansar, y ciertamente se agradece para empezar la pretemporada con energías renovadas.
Es bueno descansar, pero también es una época que se puede aprovechar para consolidar aprendizajes que le servirán durante la temporada y su vida personal y deportiva.
En este sentido, son buenos momentos para:
- Diversificar actividades: hacer varias actividades, no sólo deportivas, sino en general, ayuda a desconectar y también aprender nuevas opciones de ocupación del tiempo. Poder leer, pintar, escribir, salir con los amigos, hacer senderismo, ir en bicicleta, ver series o películas con la familia… o incluso apuntarse a un campus multideporte que ofrece diversas posibilidades deportivas, y otras más son opciones de actividades que se pueden realizar en verano y se pueden consolidar para más adelante.
- Tomarse ciertas libertades: el verano permite tener unos horarios mucho menos estrictos, tomar alimentos diferentes, salir de “juerga” teniendo en cuenta las edades y las posibilidades, pasarse días sin hacer “nada”… lo que permite sentirse en un estado distinto al habitual que “limpia” la carga acumulada durante el curso deportivo.
- Adquirir buenos hábitos alimenticios: es cierto que el verano permite tener una alimentación distinta, pero también la posibilidad de tomar alimentos frescos y no tan habituales que se vayan incorporando en el repertorio habitual del joven deportista (quizás ensaladas, gazpachos, fruta, zumos…).
- Hábitos diarios: es bueno además, que a pesar de los posibles excesos y las libertades propias del verano, se mantengan ciertos hábitos que se vayan incorporando en el repertorio habitual de cada persona, como por ejemplo levantarse generalmente a una hora (aunque sea distinta a la de “invierno”), tener unos horarios de comidas aproximados, tener una cierta estructura de realizar actividades previstas para el verano… esa estructura hace que la persona se vaya acostumbrando a unos hábitos en los que se siente cómoda y que incorpora en su rutina habitual que, además, le facilita la percepción de control.
- Aprender a desconectar: ésta es una habilidad muy necesaria sobre todo cuando se tiene que dar respuesta a muchas situaciones durante por ejemplo un curso académico junto con su deporte… aprender que es necesario tener momentos de desconexión para recuperarse y después funcionar mejor, es una habilidad que difícilmente se puede aprender mejor que en verano.
- Aprender a usar adecuadamente las redes sociales y videojuegos:uno de los “peligros” que tiene el verano es el de usar masivamente las redes sociales (con los riesgos que eso conlleve) y estar “pegado” a la videoconsola. Es un buen momento para, en primer lugar, enseñar a hacer buen uso de las redes sociales y compaginar el uso de la videoconsola con otras actividades como las comentadas anteriormente. Este apartado merecería un análisis mucho más detallado, aunque tenerlo en cuenta es un primer paso para generar las condiciones adecuadas para hacer un buen uso de redes sociales y videojuegos y crear buenos hábitos en torno a ello.
En definitiva, el verano es una muy buena época para hacer cosas distintas; pero también lo es para adquirir una serie de aprendizajes, con coherencia y adaptados a cada persona, que se pueden incorporar en el día a día posterior. Ahora, eso sí, siempre como punto de partida la desconexión y hacer cosas un poco distintas a otra época del año.
David Peris Delcampo (@dperisd)
Presidente Federación Española de Psicología del Deporte
Presidente Associació de Psicología de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Profesor de la Universitat de València
Entrenador N3 TDS de Fútbol y Futsal
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte
