En la Comunidad Valenciana, la mayoría de competiciones están dominadas por Valencia, Villarreal, Levante y en alguna ocasión contada el Elche. Estos 3+1 suelen hacerse con los títulos ligueros de manera casi constante. Pero hay un club que, a pesar de que todavía ha llegado, se está acercando. Es el CD Castellón que tiene como gran objetivo potenciar su cantera y fomentar las bases de un proyecto futuro que dará frutos en la primera plantilla. El Juvenil A empezó muy bien, pero ha padecido el típico síntoma de equipo recién ascendido desde Liga Nacional. El Amateur va como un tiro a por el ascenso a Segunda RFEF y el que quiera superar a los de Pablo Hernández va a tener que sudar mucha tinta. El Juvenil B por su parte sí que es el Talón de Aquiles , pero el Cadete A mantiene una quinta posición muy sólida.
En ese equipo hay un chico que está destacando sobradamente. Marcos Fernández (Castellón, 2009), sin comerlo ni beberlo, es el máximo goleador de su equipo y el segundo con mayor dianas en toda la categoría (un total de 17). Sus goles siempre han venido tras una jugada combinativa que ha desaguado en un remate inapelable del killer orellut. Es rimbombante sabiendo que no juega en ninguno de los ‘cocos’ de la categoría. Algo que ha chocado a mucha gente que se pasa por los campos para ver partidos de Liga Autonómica Cadete.
Llama la atención ver el nombre de Marcos en el podium de ese ranking y no será porque no se le esté ganando. No está en el foco ni tan expuesto como otros, pero curra igual o más. Sus 24 partidos con el Cadete A hicieron que pudiera debutar en Preferente con el Juvenil C el pasado 16 de noviembre en la victoria albinegra ante el CF Moró (12-0). Fernández entró por la puerta grande en la primera categoría juvenil con un doblete y además con 90 minutos disputados.
La primera con la Valenciana
Su buen hacer estaba pasando desapercibido para la FFCV… hasta ahora. Rubén Mora, técnico de la Selección Valenciana Sub16, lo ha citado para un amistoso contra el Inter San José que se jugará mañana 12 de marzo en Picassent. Es el único ‘superviviente’ de ‘los otros’. No hay otro jugador del CD Castellón en la lista y esto demuestra que Marcos ya está para algo más.
En el plano deportivo, no hay mucho que explicar porque siempre ha jugado como referencia tanto en un 4-4-2 como desempeñándose solo arriba. Lleva el gol en las venas y sobre el tapete, es un delantero con mucha capacidad y facilidad para girar a las defensas rivales y poder correr al espacio. C’est fini cuando coge la pelota y encara la portería rival. El año que viene, en teoría, debería ir al Juvenil B por edad, pero por proyección huele a que podría tocar el División de Honor. Marcos es un jugador que a lo mejor no brilla tanto como el resto, ni tiene tantos highlights, pero lo que hace, lo ejecuta a la perfección.
El año pasado en el Cadete B hizo 8 goles en 34 encuentros ligueros y la temporada anterior (22/23) fue el inicio de algo inesperado: 19 chicharros en 33 duelos. A lo largo de este post, la palabra ‘gol’ ha aparecido hasta la saciedad porque podría ser perfectamente su tercer apellido. Lleva toda la vida jugando en el Sindical y en el Marquina con la camiseta del Castellón. Y no ha sido hasta este presente curso cuando ha roto los esquemas tirando del carro de un equipo que se llena con sus goles.
Los intereses no han parado de sucederse mientras que el castellonense termina contrato el próximo 30 de junio. Lo cierto es que él está muy a gusto en el club orellut más aún después de un año para ponerlo en un marco. Con apenas 15 años, Marcos es una de los grandes rubíes de la cantera albinegra. Si hace falta gol más arriba, que lo llamen.