La UD Alzira se encuentra en una situación dramática en División de Honor: última clasificada con 3 puntos y sin haber logrado ni una sola victoria en 14 partidos disputados. La tendencia del cuadro de La Ribera es paupérrima y es por ello que se decidió destituir a Vicente Moscardó como primer entrenador el pasado 26 de noviembre. Después de haber conseguido mantener la plaza en la categoría a través de una carambola: la desaparición del Atlético Madrileño, el Alzira no ha sabido aprovechar esa oportunidad y lo tiene muy cuesta arriba para poder darle la vuelta a esta situación tan funesta.
Para intentar obrar el milagro, el club ha depositado su confianza en un entrenador joven, pero curtido en mil batallas: Carlos Sapiña Narbona. Nacido en Cullera en 1993, Carlos tiene una amplia experiencia dirigiendo a equipos de fútbol base. Además, es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y tiene el Nivel III como entrenador. Empezó en la cantera del CF Cullera justo antes de marcharse al Cadete Preferente del equipo al que va a dirigir ahora: el Alzira. Allí logró un hecho histórico que nunca antes se había dado: el título de liga con el Cadete B. Un año más tarde, fue promocionado al Cadete A de Liga Autonómica donde logró una valiosísima 5ª posición plantando cara a transatlánticos como Villarreal, Valencia y Levante. Como dato, decir que esa ha sido el mejor registro del Cadete A en toda la historia del club azulgrana.
Los conocimientos de Carlos sobre el balompié han hecho que siempre haya tenido ganar de seguir formándose. Por ello, inició el proyecto «Construyendo fútbol», una propuesta dedicada a enseñar a los entrenadores del futuro con técnicas muy avanzadas (él es el director del máster e imparte clases). El Alzira ya había llamado a su puerta desde hacia un tiempo, pero Sapiña consideró que era oportuno esperar. Ahora ha decidido dar el ‘ok’ definitivo después de que varios equipos se interesasen por él en verano (2 de ellos son clubes profesionales). Con muchas ganas e ilusión, Carlos afronta un reto más que complicado: revivir a un equipo que agoniza y que ve muy lejos la zona de salvación. Un entrenador metódico, con mucha ambición a la hora de aprender y formarse y queriendo que sus equipos jueguen de verdad al fútbol.
No me voy a dejar su etapa en el Levante UD, por supuesto. Y es que, tras pasar por el Alzira, el club granota lo fichó para hacerse cargo del Infantil A. Cuajó un buen año en la 22/23 y el curso pasado tomó las riendas del Cadete A donde ya destacaban varios de los diamantes del Juvenil A actual: Nacho Pérez, Luismi, Andrei… Sin duda alguna, Carlos es una persona con muchísima preparación y está listo para aceptar el reto (que no es para nada moco de pavo). Conoce de maravilla la casa y el proyecto le ha parecido muy interesante también de cara al futuro. El reto es más propio de un David vs Goliath que de un equipo de fútbol base, pero no será por ganas ni esfuerzo. Al ruedo.