Rubén Iranzo cayó lesionado hace tres semanas en medio de toda la hecatombe sufrida en la provincia de Valencia con la DANA y que le afectó en primera persona porque tanto él como su familia son vecinos de Picanya y las perdidas materiales han sido muy grandes para él y todo su entorno. En medio de ese desastre, y fruto del estrés, falta de descanso y mala alimentación de esa semana, sufrió una lesión en el isquio durante una sesión de entrenamiento con el primer equipo.
Precisamente se abría una puerta para el desde hace ya meses lateral derecho, porque con la lesión de gravedad de Thierry Rendall seguro que iba a tener su oportunidad para competirle a Foulquier y aprovechar los minutos de la Copa del Rey que finalmente ha acabado aprovechando Isma Santana. Pero esa lesión borró del mapa sus opciones de protagonismo con Baraja y le ha relegado al trabajo en el gimnasio con readaptadores y fisios.
Pero la buena noticia es que el capitán del Valencia Mestalla está recortando plazos a la recuperación, y es que tras las primeras pruebas médicas que le realizaron le dijeron que estaría entre 8 y 10 semanas de baja, es decir, volvería para prácticamente 2025. Ahora, tres semanas después y en medio de su recuperación, las sensaciones del futbolista son muy buenas y la resonancia realizada esta semana ha mostrado una gran evolución que puede hacer que recorte entre 10 y 15 días a la previsión inicial.
La próxima semana volverá a someterse a pruebas de control que, de salir bien, le abrirán las puertas de tocar césped de nuevo y volver a entrenar de manera paulatina con el resto de sus compañeros. Su temporada en el filial estaba siendo buena, y su oportunidad en el primer equipo había llegado. Ahora le tocará volver a seguir trabajando para ganarse una oportunidad que está disfrutando Santana y que podría ponerse más cuesta arriba si, como parece, el primer equipo acude al mercado a incorporar un lateral diestro.