La dana que el 29 de octubre anegó varias comarcas de Valencia ha tenido un enorme impacto en el deporte. Los 222 muertos e ingentes daños materiales llevaron a parar las competiciones para volcarse en la ayuda. Después, el regreso a la actividad ha estado marcado por sentidos homenajes pero en las localidades más afectadas sus instalaciones y su deporte base están arrasados y sin un plan de reconstrucción.
Decenas de instalaciones, de polideportivos a campos de fútbol, han quedado destrozadas y otras sirven ahora de insalubres vertederos de residuos o de coches destrozados. Miles de deportistas, de los más jóvenes a semiprofesionales, se han quedado sin sitio donde entrenarse y sin material. No hay, al menos de momento, una previsión de cuándo se podrán reconstruir.
La celebración este domingo del Maratón Trinidad Alfonso en València, tres de cuyas pedanías se han visto gravemente afectadas por la ‘barrancada’, culminará el retorno de las competiciones de élite y supondrá el primer evento que implica la llegada de decenas de miles de personas a la ciudad y su entorno, entre corredores y acompañantes.
El lema de la carrera ha cambiado a ‘No hay meta más grande que estar unidos’ y a ‘Valencia corre por Valencia’. Además se ha creado un ‘dorsal 0’ para recaudar ayudas para los afectados.
En cambio, la dana impidió que el 17 de noviembre se celebrara el Gran Premio de la Comunitat Valenciana de MotoGP que se debía disputar en Cheste y la carrera se trasladó al circuito catalán de Montmeló.
Los daños en los accesos al recinto y los problemas de circulación que registró el área metropolitana de València en las primeras semanas llevaron a suspender un evento de mucho peso en el calendario deportivo, económico y social, en el que la movilidad es clave.
Cuando en la mañana del día 30 se confirmó la magnitud de la tragedia, el deporte en la Comunitat Valenciana se paró casi por completo. Desde las categorías profesionales a las competiciones de los más pequeños se suspendieron en cascada, tanto por el duelo que se asumió como por los daños.
El Valencia Basket abrió la ayuda del mundo del deporte al acoger ya esa madrugada del 30 de octubre en L’Alqueria del Basket a cientos de desplazados. El club ‘taronja’ convirtió su instalación de cantera primero en un albergue, después en un centro logístico de recepción de ayuda y ahora en la sede de unidades militares.
El Valencia y el Levante pronto se unieron y Mestalla y el Ciutat de València fueron puntos de recogida de alimentos y material y en el caso del estadio ‘granota’ también de cocinas de campaña. Cientos de clubes, grandes y pequeños, valencianos o de otras partes de España pusieron en marcha iniciativas para ayudar, bien presencialmente, bien con material o con la recaudación de fondos.
Entre los más cercanos a la tragedia, han sido varios los deportista de élite y entrenadores que acudieron en los primeros días a ayudar en las tareas de limpieza a las localidades afectadas o que echaron una mano en labores de intendencia. Igual que lo hicieron decenas de miles de aficionados.
El emotivo homenaje a las víctimas que brindó el Real Madrid en su partido contra el Milán del 5 de noviembre abrió una segunda etapa, con numerosos minutos de silencio que se han guardado antes de entrenamientos y partidos en Valencia, en la Comunitat Valenciana, en España y en Europa.
El retorno de las competiciones trajo los actos más cercanos y con más impacto, como el del Valencia Basket ante el Cedevita, en el primer gran partido en la ciudad tras la dana, el del Levante en la visita del Elche y el de este pasado domingo del Valencia y el Betis en Mestalla.
El himno regional, la ‘senyera’ y elementos tradicionales como el ‘tabalet i la dolçaina’ han compartido protagonismo con el nombre de las localidades afectadas o incluso con el fango, como el que recreaba la camiseta del Levante en aquel duelo autonómico.
La vuelta de la competición, que muchos equipos modestos afrontaron sin apenas haber podido entrenarse, ha permitido un segundo impulso a la recaudación de ayuda con subastas de camisetas o la apertura de ‘filas cero’, entre otras.
Entre las aportaciones, destacan los cuatro millones que ha aportado el empresario Juan Roig solo para relanzar el deporte en las zonas afectadas, la donación por parte del Real Madrid de un millón de euros, el medio millón del Villarreal, los 325 mil euros que el Valencia ingresó por taquilla contra el Betis y esa misma cantidad que ha puesto su máximo accionista Peter Lim.
También clubes como Osasuna, cuyo entrenador Vicente Moreno es de Massanassa, una de las localidades arrolladas, o el Athletic Club se han multiplicado para conseguir dinero y medios para ayudar en la reconstrucción.
Un mes después de la tragedia, los equipos profesionales valencianos se centran en estas últimas semanas en poner al día sus calendarios tras haberse suspendido muchos partidos.
Mucho más complicados son los problemas que han referido ya clubes profesionales más modestos para pagar sus nóminas e incluso para poder competir. Son los casos, entre otros, del Discobolo de La Torre, que tiene un equipo en categoría nacional de fútbol femenino, o Les Abelles, que se retiró de la Copa del Rey de rugby.
La situación en el deporte amateur y en el deporte base en las zonas afectadas es trágica. Algunos clubes han conseguido resituarse, al menos parcialmente, en localidades cercanas aunque con muchos problemas por los desplazamientos y la desubicación que supone no estar en su entorno. Miles de jóvenes han dejado de hacer deporte con todas las consecuencias físicas y sociales que eso tiene.
En la primera estimación de la Generalitat, que dio paso a la solicitud al Gobierno de 31.000 millones, se estableció que serán necesarios unos cien para recuperar las infraestructuras. En principio, diez millones irían destinados al fútbol pero la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana ya ha establecido que al menos se necesitará el doble y espera que el comité de crisis de LaLiga añada esa cantidad.
En una tragedia de dimensiones colosales, el mundo del deporte se ha volcado en aportar su parte para ayudar a los afectados pero ahora se espera un plan para recuperar la normalidad en un tiempo razonable.
Texto: Nacho Herrero / Agencia EFE