El “manejar bien el equipo”, “crear equipo” o, quizás más técnicamente la “cohesión de equipo” es una variable psicológica que genera mucho interés en técnicos deportivos de todas las categorías y también en el fútbol (deporte) base. De hecho y como ejemplo, hace aproximadamente tres semanas que impartí dos clases de un curso on line de especialización sobre el tema para más de 30 alumnos de la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile muy interesados que compartían apasionadamente sus experiencias e inquietudes para buscar la mejor manera de “crear equipo”, utilizando “lo que nos enseña la Psicología” a través de estrategias prácticas, sencillas, fundamentadas y útiles.
Cuando llegó el tema de “elección de capitanes” el interés fue máximo al considerarse (de manera acertada) que éste es un momento de gran influencia en la gestión del equipo de deporte de base, surgiendo (y respondiendo) preguntas como ¿Qué características tiene que tener un buen capitán? ¿Qué influencia tiene el capitán como líder? ¿Hasta qué punto esta figura es importante en un equipo deportivo?… Afortunadamente, la Psicología (del deporte) nos ofrece respuestas a este tipo de cuestiones realizando investigación aplicada que responde a estas y otras muchas cuestiones.
El liderazgo de los capitanes
“El liderazgo es un proceso en el que a un miembro de un grupo se le delega la autoridad de influenciar en el resto para la consecución de metas comunes”. Esta es la definición del Dr. M. Eugenio Huertas Castro que se concluye de su tesis doctoral defendida recientemente en julio de este año y dirigida por el Dr. Eugenio Pérez Córdoba, titulada “El rendimiento informal y su influencia en la satisfacción deportiva y el rendimiento deportivo” donde, tras esa ardua investigación, se extraen conclusiones como las siguientes:
- El liderazgo “formal” (aquél que está preestablecido y tiene un cargo visible, como es el capitán), cuando se le nombra, adquiere un gran poder e influencia en la orientación a la tarea (acciones que realizan deportistas relacionadas con el deporte dentro y fuera de la cancha). Ese liderazgo influye decisivamente en el rendimiento deportivo del equipo.
- El liderazgo “informal” (el que no está impuesto por nadie formalmente, sino que los demás miembros del equipo lo aceptan) tiene una gran influencia en las relaciones interpersonales; es más, tiene un papel muy importante cuando las cosas vienen mal dadas, y los objetivos y el contexto deportivo no van como se espera.
Por tanto, en cuanto a un jugador se le elige capitán, se le asigna un “poder” que influye directamente en las conductas del equipo, sobre todo las relacionadas con la tarea, con aquellas deportivas fundamentalmente. Por ejemplo, comportamientos técnico-tácticos, puntualidad y respeto a las normas, relación con los compañeros, comportamientos en entrenamientos y partidos…
Y también, la existencia de líderes informales, que crean un buen ambiente en el equipo, si realizan bien esa función, favorece el clima de trabajo y, sobre todo, es crucial cuando las cosas no van bien del todo, para favorecer el buen ánimo.
Cierto es que mientras que el capitán o capitanes (líder formal) es estable en el tiempo, el líder informal puede ir cambiando en función de lo que ocurra, porque la construcción del equipo es un proceso dinámico que cambia a lo largo del tiempo.
Manejar bien estos dos aspectos, es fundamental para un buen funcionamiento del equipo, también en el deporte de base.
Punto de partida para elegir uno o varios capitanes
Dado que el capitán es un rol importante que influye en el comportamiento deportivo del equipo, es necesario tener claro qué comportamientos, valores… quiere el entrenador (o el club) que transmita ese capitán, para que ayude a construir su equipo en función de la imagen que quiera que tenga ese equipo. Es decir, en primer lugar, se debe definir cómo se quiere que sea el equipo y en función de ello, las características que tiene que tener el capitán.
Algunas preguntas a responder en relación al capitán, relacionadas con la filosofía que se pretenda que se tenga el equipo y en función de lo visto en el apartado anterior, tienen que ver con si se elige al más veterano, al que mejor representa la identidad del club, al que tiene comportamientos en general (respeto a compañeros, puntualidad, respeto a las normas…), comportamientos dentro del campo que sean ejemplo para el resto de jugadores, si es el portavoz del resto de jugadores y tiene capacidad para ello, si presenta comportamientos inadecuados (recordemos que se imitarán…)qué tipo de valores transmite…
Cada vez más, en diferentes equipos, se eligen a varios capitanes que engloban diferentes funciones, aunque es necesario tener claro qué implica cada elección, debido a la gran influencia que tiene en el equipo.
¿Eligen los jugadores o el entrenador?
Muchas veces se decide que los mismos jugadores elijan al capitán a principio de temporada, cuando ni tan siquiera se conocen bien entre ellos. ¿Qué suele pasar? Que se eligen a los más graciosos, a los que son más amigos, o por cualquier otra cuestión que tiene que ver con ese líder más social (el que antes mencionábamos como informal) en contrapartida al que ofrece esos comportamientos dignos de imitar por los demás miembros del equipo. Obviamente, el que los demás jugadores sientan que tienen cierto poder de decisión en su representante, es bueno en la implicación en la toma de decisiones, pero quizás se pierda una gran oportunidad para elegir a alguien que, de verdad, representa esas conductas deportivas y de comportamiento en general que van en la línea de lo que quiere el entrenador de su equipo.
En cambio, si es el entrenador o cuerpo técnico quien elige, pude seleccionar a aquellos que mejor representan los comportamientos que quieren en su equipo.
Quizás elegir una opción mixta, donde el cuerpo técnico elige uno o dos, y uno o dos más los jugadores, puede ser una buena opción, aunque existe el riesgo de que los jugadores seleccionen al más popular siendo éste también el que pueda presentar conductas inadecuadas para el equipo.
En conclusión
El capitán es ese jugador (líder formal) que es un referente para los otros miembros del equipo y cuyos comportamientos imitan los demás; y en el momento en que se le asigna como tal, también se le otorga un “poder” en relación a las conductas relacionadas con el juego (tarea), tanto dentro del campo como fuera de él. Esos comportamientos influyen en el rendimiento deportivo del equipo.
Líderes informales aparecen en función de las dinámicas de los grupos y tienen una influencia importante en crear buen ambiente, y en apoyar a otros sobre todo cuando las cosas van mal dadas. Pueden cambiar a lo largo de una temporada.
Por tanto, si se quiere que el equipo cumpla las normas, se centre en las tareas que plantea el entrenador, sea respetuoso con todos, dé siempre el máximo, exista compañerismo, no se proteste… se deberá elegir a capitanes que manifiesten esos comportamientos, en lugar de otros que sean más “dicharacheros” o populares (que eso tiene más que ver con las funciones del líder informal comentado anteriormente).
Como todo, la elección del capitán es una herramienta más para la gestión del equipo. Decidir cómo hacerla y quién ocupa ese rol formal debería ser, al menos, analizado, y no realizarlo a la ligera; por las posibles consecuencias positivas (si se elige a las personas idóneas) o negativas (si por ejemplo se eligen a capitanes que protestan mucho o les cuesta cumplir las normas) en el funcionamiento del equipo.
David Peris Delcampo (@dperisd)
Presidente Federación Española de Psicología del Deporte
Presidente Associació de Psicología de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Profesor de la Universitat de València
Entrenador N3 TDS de Fútbol y Futsal
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte