Estopa decía en Vino Tinto: «Hay pistolas que descargadas se me disparan». Eso precisamente es lo que le pasa al nuevo talento de la cantera del Villarreal, Hugo López Cortés (Alcantarilla, 2007), futbolista del Juvenil A. A veces no tiene munición en el cargador, pero se las ingenia para disparar y dar en el franco. La UB Conquense lo vivió en sus propias carnes después de ‘sufrir’ un hat-trick del joven centrocampista murciano.
Y fueron 3 golpetazos de todos los colores: el primero tras romper al espacio y batir al portero por debajo de las piernas; el segundo después de driblar al guardameta en el 1vs1 y el culmen lo puso con un remate semi-acrobático desde las inmediaciones del área. Entró en División de Honor como cuando un torero completa la faena en la plaza. Hugo se llevó las dos orejas y el rabo. Porque hay que decir, y que no caiga en saco roto, que este chico es el único futbolista promocionado directamente del Juvenil B.
La cúpula consideró que no debía pasar por el Roda DH y por ello hizo el trasvase directamente al equipo groguet de la máxima categoría juvenil. En la primera jornada contra el Alboraya, jugó solo 5 minutos y eso dejó patidifuso a más de uno después de la gran pretemporada que había hecho. Sin embargo, Carlos Mulet se dio cuenta que un talento como el de Hugo había que exprimirlo y lo puso de inicio contra el Conquense.
El resto es historia. Se convirtió en el primer jugador de la cantera grogueta en marcar 3 goles durante la 24/25 y habría que ver si el más joven en conseguirlo en División de Honor. Actuando como punta al lado de Vinatea, el murciano empezó a flotar, aparecer por dentro y bajar a la zona de medios para generar espacios que Sergio pudiera aprovechar. El ’14’ fue un suplicio para la zaga manchega porque para nada es un delantero estático. Ni siquiera es un delantero, vaya.
Hugo es más un 8. Un volante con mucha llegada que incluso puede jugar en uno de los dos costados (preferiblemente en la izquierda, a pierna cambiada). Y además, es un chico que entiende muy bien lo que pide el partido en cada momento: que el ritmo está alto, bajarlo para que el equipo no sufra. Que por el contrario el rival está tocado, subir la intensidad y ‘hacer sangre’. Lee muy bien los espacios y sabe cuerpear de maravilla. A nivel físico, ha cogido mucho tono en los últimos meses, aunque se espera que siga creciendo: tiene 17 años. Su historia con el Villarreal viene de años atrás. Concretamente, tenemos que dar un salto temporal al año 2018 cuando Hugo era alevín de segundo año. En ese momento, el pequeño Hugo jugaba a futbito en el Futsal Alcantarilla, el club de su pueblo. Allí empezó su andadura en el deporte: desde los 3 hasta los 10 años que apareció el Villarreal para incorporarlo a la escuela.
Las cosas claras y el chocolate espeso
Siempre con el apoyo de sus padres, Hugo ha sido y es un chico muy disciplinado, trabajador que valora mucho lo que tiene. Vive el presente, tiene metas y sueños, pero sabe que lo que importa es el ‘ahora’. Los que le conocen cuentan que es un chico algo introvertido, pero a su vez simpático y maduro para la edad que tiene. Él sabe que esto del fútbol es muy cambiante además de ser muy largo. Por ello, los pies en el suelo y trabajando para que no quede nada por su parte.
Como curiosidad, sus padres también se dedicaron al deporte, aunque no al fútbol. Su padre fue ciclista hasta los 18 años en la Selección Murciana y su madre jugó a balonmano hasta los 17, tanto en la Selección Murciana como Española. Lo del deporte le viene de cuna. De tal palo, tal astilla. Para ver su debut en DH, nos tenemos que remontar al 30 de septiembre del año pasado cuando salió en el 80′ en el partido contra el Alzira. Siendo juvenil de primer año, llegó a sumar 7 encuentros con el Villarreal Juvenil A, a la vez que era indiscutible en Liga Nacional donde hizo la friolera de 15 goles siendo centrocampista. Chapeau.
En una entrevista con El Periódico Mediterráneo en enero de 2019, Hugo decía: «Echo de menos a la familia, pero les llamo por las noches. Creo que ellos lo están pasando un poco más mal que yo porque estoy lejos». En ese momento, el alcantarillero tenía 11 años y apenas llevaba un año en la Residencia de Miralcamp (por aquel entonces, junto a su compañero Manu Portela, era el futbolista más joven en estar en la ‘resi’). Su paso por infantiles y cadetes ha sido siempre en la misma posición: extremo izquierdo con tendencia a pisar zonas interiores.
Ahora, en División de Honor, juega más como segundo punta para lanzar al 9 en cuestión. Y es que, con ese talento innato para crear jugadas y sacar a rivales de zona, Hugo también posee una capacidad deslumbrante para marcar goles. Relincha como un caballo cuando ve la luz del sol y puede salir a galopar. Hugo es ese jugador que habla poco, pero cuando habla, callan todos. Tiene mucho futuro por delante, pero hay que seguir regando la semilla para que dé un fruto dulcísimo. A él podríamos decirle lo de «hombre precavido, vale por dos». Hugo López.