Tota pedra fa paret. Un dicho común en Valencia que ejemplifica muy bien lo que es Carlos Espí que, hoy en el Ciutat, ha sido clave para la victoria al Levante frente al CD Eldense. Ha sido como el que coge el primer dardo y le da al 50 de buenas a primeras. El de Tavernes de la Valldigna ha sido fundamental para que el cuadro de Julián Calero haya sumado de 3 y se coloque, provisionalmente, en lo más alto de la clasificación en La Liga Hypermotion.
Y lo cierto es que no le ha costado mucho anotar su segundo gol con el primer equipo: corría el minuto 68 cuando Morales dejaba su sitio a Carlos y, a los 5 minutos, se iba a desatar la locura en el templo levantinista. Batalló con todas sus fuerzas ante Íñigo Piña a la vez que veía, a cámara lenta, el centro desde la izquierda de Pampín. El destino estaba escrito. El valenciano se levantó, ante el forcejeo del jugador del Eldense, para batir a Mackay.
Carlos no se lo creía y sus rodillas dejaron marca en el córner del Ciutat después de un tanto que significó la remontada granota para alzarse hasta la 1ª posición en el campeonato liguero. Un tanto que representaba algo más que una victoria: era el resarcimiento completo de lo que ocurrió en Cartagonova. Allí, Carlos no pudo perforar la portería y eso que gozó de 3 buenas ocasiones para hacerlo. Se marchó de Cartagena cabizbajo a pesar de la victoria de su equipo. Sabía que había dejado escapar tres buenas oportunidades de dar un puñetazo encima de la mesa y hoy le tocaba redimirse.
Frente a su gente y con el apoyo incondicional de sus compañeros y de Calero, Espí ha respondido con trabajo, sacrificio y goles. Porque esto no ha sido el primero. Se estrenó con la primera plantilla el año pasado en la penúltima jornada frente al Alcorcón (un gol de puro jabato). Unos meses antes (en febrero) debutaba en el campo del Racing de Ferrol con tan solo 18 años, pero a las órdenes de Javi Calleja.
Lo curioso de todo es que tiene ficha con el filial, equipo con el que todavía no ha jugado ningún partido en el presente curso (ni tampoco en la pretemporada) debido a que Julián Calero confía mucho en él y quiere que esté en dinámica con el primer equipo. Su carrera ha dado un salto importantísimo porque hay que recordar que en mayo estaba jugando la Copa de Campeones Juvenil contra el Atlético (poco después de ganar el título de DH) y ahora ya es querido por todo el feudo azulgrana.
Se están dando los pasos adecuados con el vallero que, con 19 años, ya está teniendo varios minutos en Segunda División. El Atlético Levante lo echará de menos, aunque por ello ha incorporado a varios puntas como Iker Garijo y Bachuri. No tiene pinta que Espí vaya a trotar mucho en Tercera RFEF. Su sitio está en la categoría de plata (por el momento).