Este sábado 31 de agosto, la Peña Valencianista La Estaca de Higueruelas celebró su acto principal por el décimo aniversario de la peña, fundada en septiembre de 2014. Un festejo que llega ensombrecido por la delicada situación del club, pero también por el conflicto abierto en el seno de la Agrupación de Peñas Valencianistas con motivo del convenio que su presidente Fede Sagreras ha impulsado a las peñas a volver a rubricar con Meriton.
Fue una jornada festiva y de celebración de diez años de resistencia en el pequeño pueblo de Higueruelas, en la comarca de Los Serranos, donde se juntan 215 peñistas en una localidad con apenas un censo de 500 personas. Una proporción asombrosa que habla a la perfección de la militancia en la peña, una de las más activas del Sector 5 de la APV.
Tras un pasacalles que recorrió las calles del pueblo a ritmo de la banda de música, petardos y mucho ruido, el mantenedor del acto -el periodista Paco Polit– dio comienzo a las 13:30h al evento principal. En las palabras dedicadas a la peña, el comunicador incidió en la coherencia demostrada en todos sus actos y en el valor que tiene promover la afición por el Valencia en quizá la década más dura a nivel deportivo e institucional de la historia del club:
«La Estaca de Higueruelas, ejemplo de resistencia en la peor década de la historia del club, ha demostrado que hace falta mucho más que un bróker asiático, especulador de emociones, terrorista de la gestión deportiva, para robarle la ilusión a un grupo de gente que se juntó hace diez años para hacer pueblo y hacer valencianismo. Por última vez: pueblo pequeñito, 500 habitantes, diez años, 200 peñistas, desplazamientos, actos, mucha dignidad… y valor para hacer lo correcto incluso cuando lo fácil es arrodillarse, poner la mano y mirar a otro lado.»
En el acto se recalcó el dinamismo de La Estaca en su presencia en Mestalla cada partido -ocho peñistas acuden cada encuentro como locales, con casi dos horas de desplazamiento en coche entre ida y vuelta-, los viajes organizados en los últimos diez años, la calidad y buen hacer en el local de la peña -cedido por el ayuntamiento en 2022- donde se ven todos los partidos cada fin de semana, la organización de pantallas gigantes en el pueblo para las finales o para partidos grandes de la Selección Española…
También hubo un momento para el reconocimiento a la labor de dos bomberos del pueblo, miembros del Cuerpo de Bomberos del Ajuntament de València que ayudaron en primera línea en el incendio del edificio de Campanar, el pasado mes de febrero. El presidente, Jesús Veintimilla, obsequió a Raúl Molina y Borja Pérez con una escultura artesanal realizada por Paco -miembro de la peña- y también una camiseta del Valencia 2024-2025 firmada por toda la plantilla.
«Agradezco desde aquí a Hugo Guillamón, gran amigo de la peña, el detalle de haberlas firmado y haber logrado que todos sus compañeros lo hiciesen», apuntó Veintimilla, que recordó que ambas elásticas fueron adquiridas por la peña de su bolsillo y que no habían pedido al club y a Meriton «ni un sólo favor», en otra muestra más de coherencia.
Porque la PV La Estaca fue una de las nueve peñas que rubricaron una carta abierta dirigida a la directiva de la Agrupación de Peñas Valencianistas hace meses y medio pidiendo la dimisión de Fede Sagreras y el resto de su directiva, mostrando su rechazo al convenio, anunciando su permanencia en la APV y también que renunciaban de manera permanente a cualquier beneficio producto del convenio que Sagreras y su núcleo duro han alcanzado con Meriton.
En el turno de parlamentos, la concejala Nuria Cortés dio su enhorabuena a la peña por su décimo aniversario; Paco Senent, delegado del Sector 5 de la APV, la definió como «lo más parecido a la peña perfecta por promover el valencianismo de manera activa y desinteresada»; y el presidente Jesús Veintimilla recalcó la capacidad de convocatoria, con más de 150 personas en la celebración «al margen de la Agrupación y sin deber nada a nadie».
Un espíritu combativo que se trasladó a la comida posterior, al tardeo y a la rifa que tuvieron lugar por la tarde, antes de que muchos de ellos disfrutasen del partido Valencia-Villarreal en el local de la peña. Una jornada entrañable para una peña y un pueblo que hizo bueno el refrán una vez más: servir al Valencia CF, nunca servirse de él.