El hockey ha acompañado a Lola Riera (Valencia, 1991) desde que era pequeña y aún no se ha separado de ella. Cuando empezó a jugar era de las únicas chicas apuntadas en equipos que por entonces eran mixtos y ha visto como la pasión por el stick ha ido a más, tanto en Valencia como a nivel nacional. En el Sanse desarrolló toda su carrera deportiva hasta tal punto que su nivel la llevó a Países Bajos, la mejor liga del mundo. Allí pudo hacer un borrón y cuenta nueva después de vivir cómo la puerta de la Selección Española se cerraba, pero Carlos García le abrió las puertas de las redsticks de nuevo. No esperaba oír el himno español de nuevo, pero está a punto de hacer historia: disputar sus terceros Juegos Olímpicos en hockey sobre hierba con el combinado nacional. consecutivos. Tras Río en 2016 y Tokio en 2020, le espera París. Con mucho bagaje en sus espaldas, la valenciana afronta los Juegos con la ambición y la ilusión de la niña que fue.
ESPORTBASE: Antes de adentrarnos en los Juegos Olímpicos, quiero saber un poquito más de Lola Riera. De pequeña seguías a tus hermanos en los entrenes y con 4 años te apuntaste en el equipo de tu colegio.
LOLA RIERA: Yo quería pasar tiempo con mis hermanos cuando era pequeña y el hockey me daba esa oportunidad. Hemos sido siempre muy competitivos y siempre que podíamos jugábamos al hockey, incluso en casa. Era una manera para estar juntos.
El primer equipo al que te apuntaste era mixto. Por aquel entonces no había muchos clubes femeninos. ¿Cómo recuerdas la experiencia?
Cuando empecé a jugar no había ninguna chica apuntada y puntualmente se apuntaba alguna, aunque no seguía. Veía muy normalizado el jugar con chicos hasta cierta edad en la que las diferencias físicas ya son muy notables. Creo que es bueno para el desarrollo tanto para chicas como para chicos y hasta alevines o infantiles puede ser algo muy interesante.
Cuando ya no podías competir con chicos, firmaste con el Xaloc, primer club de hockey femenino de Valencia. ¿Cómo fue la experiencia antes de firmar por el Sanse con tan solo 17 años?
El Xaloc se creó gracias al esfuerzo de las familias de las jugadoras que formaban parte del equipo. Nace de la necesidad de distintas chicas de tener un equipo femenino para continuar jugando a nivel competitivo. Si no se hubiera creado ese club, habríamos dejado de competir a nivel oficial, cambiado de equipo o hecho cualquier otra cosa que no queríamos en ese momento. Por eso abandonarlo fue difícil, pero cuando se me dio la oportunidad de entrar en las selecciones inferiores sabía que quería llegar a la absoluta y debía dar el salto a Madrid. Era lo que necesitaba. Iba a jugar en una liga de máximo nivel.
Tras muchos años en el Sanse y también en España decidiste probar suerte en la liga de Países Bajos, la apodada mejor liga del mundo. ¿Cómo es la competición? ¿Cómo viven allí el deporte?
La experiencia es única. Estás en un país en el que el hockey es el deporte rey y ver cómo viven allí este deporte es algo increíble. Pese a que nos fue muy bien en 2022 con la Complutense, decidí dar el salto a la liga de Países Bajos tras los juegos de Tokio porque necesitaba tener otro reto en mente y quería aprovechar esa oportunidad. Me acogieron muy bien en el HGC y estoy muy agradecida con la gente que me encontré. El nivel es altísimo y me sorprendió lo bien que me fue a nivel individual, ya que no lo esperaba ni mucho menos.
Cierto es que allí caíste de pie: en tu primera temporada fuiste la segunda máxima anotadora. Ese rendimiento te volvió a abrir las puertas a la Selección. ¿Crees que fue clave el cambio de aires para tu vuelta a las redsticks?
Creo que llegué en un momento de madurez muy bueno y con mucha experiencia que me ayudó a poder llevar esos momentos competitivos. No sé si ese año fue clave para mi vuelta a la Selección o se valoró todo mi recorrido, pero si esa temporada ayudó a que volviese es para agradecer.
Entrando ahora sí en clave Selección, vas a hacer historia. Juegos de Río en 2016, Juegos de Tokio en 2020 y ahora París 2024. ¿Eres consciente de lo que vas a conseguir?
Cuando estás metida en esta rueda de la alta competición no eres consciente de lo que consigues, pero con el tiempo creo que sí que le daré valor a lo logrado y a lo difícil que ha sido el haber estado tantos años en la élite cuando cuesta mucho mantenerse. Haber vuelto a la Selección y conseguir estar en la lista de París con todo lo complicado que ha sido… Han sido muchos meses muy duros, pero cuando todo se asiente un poco seré consciente de todo lo que he conseguido estos años,
Tokio fue un antes y un después para ti con la roja. Tras los Juegos Olímpicos, el entonces seleccionador Adrián Lock decidió realizar un cambio generacional que te salpicó: dejaste de ir convocada. ¿Entendiste la decisión?
Fue duro y complicado de procesar, pero entiendes que el deporte -y más el de élite- tiene fecha de caducidad. Al final cada seleccionador tiene sus ideas y a veces no entras en ellas. Yo siempre he expresado mi ilusión de seguir, aunque ahí se me paró el camino.
Pero el camino volvió a retomarse. Todo volvió a cambiar para ti en la Selección cuando Carlos García Cuenca fue nombrado nuevo seleccionador en octubre del 2023
Estoy muy agradecida de que Carlos me diese la oportunidad de volver a entrar. Es un entrenador muy exigente y desde que entró y formó este nuevo grupo llevamos muchos meses trabajando muy duro. Empezamos con un grupo de 32 con concentraciones intersemanales compaginándolas con la liga y luego hemos tenido distintos torneos. Ha sido muy duro, pero si queremos conseguir objetivos grandes, no hay otra manera de hacerlo.
París serán tus terceros Juegos Olímpicos y has dejado caer que seguramente van a ser los últimos. ¿Qué significan para ti los Juegos Olímpicos?
Es lo máximo para un deportista. Es el sueño de todos aquellos que nos adentramos en el deporte. El poder escuchar el himno significa que ese sueño se ha cumplido. Y cuando sucede te acuerdas de toda la gente que te ha apoyado y te ha permitido luchar. Es un cúmulo de sensaciones muy fuertes. Es bonito y gratificante poder vivirlo.
Tenéis un reto enorme por delante. En el preolímpico le plantasteis cara a Bélgica y disteis un gran rendimiento. España no consigue medalla desde Barcelona 92 y encima fue la medalla de oro. ¿Hay ambición?
Este grupo ha logrado alcanzar todos los objetivos que se ha propuesto en este período de tiempo. Hemos clasificado a París, nos hemos clasificado a la Pro League del año que viene y en los Juegos queremos, al menos, llegar a cuartos de la mejor manera posible. Cuanto más lejos lleguemos sabemos que más complicado será el rival a batir, por lo que hacer una buena fase de grupos será importante. Pero somos muy conscientes de que podemos competir contra todos. Estamos deseando empezar.
Has tenido la suerte especialmente en disputar el preolímpico en tu tierra, en Valencia. ¿Cómo de exigido ha sido este preolímpico?
Disputar el preolímpico en Valencia fue muy especial, aunque el premio que puedes conseguir es muy grande y la presión se nota. Llegamos con el grupo muy trabajado y cuando llegamos a semis podíamos clasificar bien como finalistas o como terceras y, por suerte, ese billete a París llegó más pronto que tarde. El equipo trabajó muy bien para conseguir estar en los Juegos. Estar en la Selección supone estar todos los días enfocada en estar lo mejor posible para entrenar mucho y cuando llevas un tiempo fuera, como ha sido mi caso, cuesta un poco más. Pero gracias al staff médico y técnico pude completar ese torneo y el grupo pudo conseguir esa clasificación esperada que fue superimportante.