En la actualidad, no es habitual ver a niñas de 15 años jugar al fútbol en equipos amateur enfrentándose a futbolistas que puedan duplicar la edad; quizá esto era más común antaño. Sin embargo, la edad no importa cuando el talento se cae a raudales. Y esto es lo que ha sucedido en Mislata con la joven Mireia Rius (12/04/2009). Es la más pequeña del vestuario y aunque haya bromas al respecto, siempre se las toma a bien. A ella solo le importa pisar césped y jugar al fútbol, hacer lo que mejor sabe y disfrutar del deporte que le enamoró desde que jugaba en el parque con su padre.
El Mislata CFF tiene en Mireia una joven promesa que ha tumbado varias puertas de una patada haciéndolo a lo grande: 6 tantos en 17 partidos en su primer temporada en la Lliga À Punt Valenta, la máxima categoría del fútbol femenino valenciano.
Además, su gran rendimiento deportivo no ha opacado o reducido su rendimiento académico. Mireia está terminando 4º de la ESO y pese a ser un año exigente, sabe que los estudios son muy importantes. «Saco tiempo de donde no hay, acostándome tarde si no he podido hacerlo antes y aprovechando los fines de semana al máximo. Primero la obligación y después la devoción», comenta la jugadora a ESPORTBASE.
La relación entre el club valenciano y la joven futbolista comenzó en la campaña 18-19 y allí ha adquirido conocimientos, ha mejorado técnicamente y ha visto como confiaban en ella año tras año hasta llegar a convertirse en una de las jugadoras más valoradas por parte del club; sin embargo, la realidad podría haber sido bien diferente. Ana Martínez, madre de Mireia, escuchó los reclamos de su hija de querer jugar al fútbol cuando era pequeña y la llevó a las jornadas de puertas abiertas del Salgui con tan solo 4 años, pero la decisión que tomó en ese momento hizo que todo en adelante cambiara para su hija: «Fuimos a las jornadas de puertas abiertas, pero como era un equipo solo de chicos le dije que no había pasado las pruebas. Pensaba que la iban a dejar de lado por ser la única chica. Igual me equivoqué». Aun así, tanto Ana como su padre siguieron buscando un club para que su hija pudiese disfrutar jugando al fútbol, eligiendo al Mislata CFF como su casa y el lugar en el que desarrollar todo ese potencial.
El fútbol femenino es una realidad tanto en España como en Valencia. La consecución de triunfos a nivel nacional y regional ha llevado a muchas niñas a querer empezar su aventura sobre el verde, además de tener referentes dentro del futfem, de querer un día ser como ellas o conseguir lo que han logrado. No obstante, se ha trabajado y luchado mucho para llegar al punto actual. Muchas niñas han visto como sus ilusiones de prosperar en el deporte rey se han visto truncadas por los estigmas sociales que rodean el mundo del balompié.
La historia de Mireia Rius podría haber sido una más, pero su familia apoyó su sueño y ahora está siendo una de las sensaciones del fútbol femenino valenciano: «Ojalá jugar en un club profesional y ganar títulos internacionales, en mi vida normal poder dedicarme a lo que me gusta».