Hace dos años, la valenciana Marta Peiró anunció su retirada definitiva de los terrenos de juego por una endometriosis que le impedía la práctica normal del deporte. Tenía apenas 24 años y toda su carrera por delante. Sin embargo, el enorme revés deportivo que supuso anteponer su salud al fútbol no le ha impedido mantenerse ligada al club donde se retiró. Ahora, como miembro del ‘staff’ técnico del Servette FC Chênois Féminin, pudo levantar este fin de semana el título de campeonas de la Copa Femenina de Suiza 2024 tras imponerse al BSC Young Boys (2-3).
Desde su retirada, la valenciana no ha dejado de formarse profesional y futbolísticamente, además de haber sido comentarista en diversos programas de radio. Pero es cerca del verde donde se siente más a gusto: en la presente temporada, Peiró ejerce como ‘team manager’ del primer equipo femenino del Servette. Se encarga de los eventos de la plantilla, organización de los viajes (alojamientos, medios de transporte, escalas, etc), mantenerse en contacto con las diferentes federaciones y equipos rivales… Un no parar.
Su rol, como ocurre con otras figuras conocidas que desempeñan dicho cargo (el exfutbolista Voro en el Valencia CF, sin ir más lejos), es encargarse «de que a las jugadoras no les falte de nada y puedan centrarse 100% en jugar al fútbol«, según explica a este periódico. Para ello se pone a su entera disposición para ayudar y mediar con sus trámites burocráticos (impuestos, seguros médicos, etc), su adaptación a la ciudad cuando se trata de nuevas jugadoras y muchas otras funciones.
Peiró también forma parte del comité directivo del Servette Femenino, centrando sus labores en el área presupuestaria. Por último, ejerce como bisagra entre el cuerpo técnico y la plantilla, buscando siempre una comunicación fluida en ambas direcciones y «poniendo el bien colectivo por encima de todo».
Su labor diaria en el Servette le obliga a estar prácticamente todos los días y a todas horas con una larga lista de tareas en marcha para asegurar que la maquinaria nunca se detenga. «Nunca desconectas, aunque la rutina es muy variada», asegura la valenciana, que califica su trabajo en el club suizo como una labor «pasional» en la que también aprovecha la cercanía con los entrenamientos para estar lo máximo posible «cerca del césped»: como suele decirse, puedes sacar a la jugadora del fútbol, pero no puedes sacar el fútbol de la jugadora.
La victoria en la Copa Femenina de Suiza ratifica esta última idea: «El título que ganamos ayer me lo tomo como una continuidad de una historia deportiva que, de manera forzosa, tuve que parar«, admite la exjugadora, que ahora observa desde la barrera el fútbol con un espíritu muy distinto.
«El nivel individualista que tienes cuando juegas, ese puntito de egoísmo que te da la competición constante, no lo tienes cuando estás fuera: lo ves todo desde el plano colectivo, pasas a formar parte de un engranaje y es una sensación muy guay, única, que sólo los componentes de un cuerpo técnico pueden entender», añade.
Sus compañeras consideran a Marta prácticamente una más de la plantilla, y sólo hay que ver las imágenes de las celebraciones para comprobarlo. Por su parte, Peiró reitera sus «ganas de sumar, cada uno desde su rol y desde su perspectiva». «Las jugadoras ganaron la final en un partido súper complicado, con nieve y granizo, y rindieron a un nivel increíble ante la adversidad. Es un premio al trabajo que han hecho toda la temporada», sentencia.
