Con miles de kilómetros acumulados en la mochila, la historia de Sebastián Hurtado (Caracas, 2006) es la de millones de jóvenes en todo el mundo con un sueño común: poder gozar de la oportunidad de triunfar en el mundo del fútbol. Cada jugador posee su relato, sus orígenes, sus circunstancias. En el caso de Sebas, siempre tuvo claro que el balón iba a ser su principal empeño, y también que eso no iba a ser obstáculo para perseguir otros retos por el camino.
De orígenes venezolanos, el joven ubica sus inicios en Boca Ratón (Palm Beach, Florida), uno de los enclaves escogidos la pasada década por el Valencia CF para lanzar una de sus academias de formación deportiva. Fue uno de los primeros impactos para Sebas, futbolista que siempre trató de mostrar su versatilidad y polivalencia durante sus años de desarrollo, en los que pasó por otras academias y clubes como la del Sevilla FC precisamente en Boca Ratón, la Schultz Soccer Academy o el Coral Springs United floridano.
Además de su aprendizaje en dichas entidades, Hurtado destaca siempre al ser preguntado la relevancia que tuvo la academia Spanish Pro Football (SPF) en su evolución, ya que le permitió por un lado perfeccionar sus habilidades técnicas y tácticas y, por el otro, ejerció de ‘puente’ de cara a su adaptación al fútbol europeo, un par de peldaños más competitivo que el que actualmente se puede encontrar en Estados Unidos.
SPF está especializada en la búsqueda de talentos de otros países para pulir su formación deportiva y constituir su enlace con el fútbol español y europeo. La multiculturalidad y multinacionalidad son sus señas de identidad; por tanto, el idioma inglés pasa a ser un ingrediente básico en su día a día, algo que al defensor estadounidense no le resulta ningún problema por motivos obvios.
A España en busca de un sueño
Sebas aterrizó en España hace ya unos años y, debido a esa conexión de juventud con el Valencia CF, optó por la Comunitat Valenciana como territorio en el que ‘curtirse’ a nivel deportivo y personal. Dejó atrás familia, amigos y zona de ‘confort’ para perseguir sus objetivos. En categoría cadete y juvenil ha pasado por escuelas como CD Sedaví, CF Santa Bárbara o Godella CF. Esta campaña milita en el Juvenil ‘A’ del Silla CF, en la temporada en la que alcanzará la mayoría de edad.
El proceso sigue adelante, con los entrenamientos y partidos semanales que alterna con sesiones de gimnasio para -como ocurre con todos los futbolistas jóvenes- ‘coger cuerpo’ y aumentar su posibilidades de éxito en las disputas con jugadores de mayor edad y experiencia.
Futbolísticamente su desempeño ha sido, por regla general, de medio campo hacia atrás, jugando habitualmente como lateral izquierdo -donde mejor explota sus condiciones- pero también con incursiones puntuales en demarcaciones como la de central, carrilero e incluso lateral derecho. Una versatilidad que le ha convertido en una pieza muy útil para sus diferentes entrenadores y equipos.
En lo personal, se trata de un joven afortunado: ha podido recorrer mundo y, a una edad temprana, ha viajado a países como Argentina, Colombia, México, Suiza, Alemania, además de convertir España y Valencia en su ‘segunda casa’ de facto. Su entrenador en el Juvenil ‘A’ del Silla CF, Jesús Fernández ‘Suso’, destaca esta predisposición a aprender y su afabilidad como elementos destacados a nivel personal: «Es un chaval muy agradable e involucrado con los compañeros. Siempre pregunta, se esfuerza… Es un jugador predispuesto a la mejora«.
A nivel futbolístico, el míster -que lleva apenas dos meses como preparador del equipo juvenil tras un reciente cambio en el banquillo- responde a ESPORTBASE Media que Sebas «es un lateral potente, con buen físico, recorrido y llegada a línea de fondo, siempre profesional y comprometido con el equipo». ¿Y qué aspectos hay que seguir puliendo? «Con estas edades siempre hay margen de mejora, sobre todo a nivel táctico. Pero es un chico ambicioso, y esa ambición que tiene seguro que le ayudará a adquirir y perfeccionar más conceptos», responde Suso.
Vida fuera del césped
Más allá de entrenamientos, partidos, sesiones de gimnasio y trabajo técnico-táctico, la vida fuera del césped de Hurtado -el menor de tres hermanos en el núcleo familiar- incluye una gran variedad de actividades, fruto del empeño de su familia en ampliar el espectro de habilidades más allá del deporte.
Además de tener bastante interés en la música -de pequeño tocaba el piano y fue clarinetista– y su facilidad con los idiomas, Sebas nunca dejó de lado su formación: a sus 18 años, sus estudios en la US Performance Academy le han permitido compaginar educación con su faceta de atleta de alto rendimiento en EE.UU., en una doble vida académica y deportiva que compatibiliza a diario.
