El tiempo pasa, los chicos crecen y las etapas se cierran. Este año, los nacidos en el 2005 completarán su etapa juvenil en División de Honor para dar el salto al fútbol amateur. Y habrá que estar muy atentos a un nombre en particular: Marc Palomero Medina, delantero del Valencia Juvenil A que competirá por segundo y último año en la máxima categoría juvenil.
El fútbol, un modo de desconexión
Desde muy pequeño, a Marc le gustó el fútbol y se entretenía con una pelota debajo del brazo. De hecho, sus padres tuvieron que apuntarlo al Prebenjamín del Burriana F.B para que el pequeño soltase su energía en el césped. «Tuvimos que inscribirlo al Burriana como vía de escape nuestra. Era un niño terriblemente movido» (leído en elperiòdic). Y es que ya con 5 años era un ‘bicho’ que desconectaba jugando con sus amigos en el equipo de su pueblo.
En esas edades, pocos chicos (por no decir ninguno) se lo tomaban enserio. Todo se basaba en pasarlo bien y disfrutar. Sin embargo, el caso de Marc era peculiar porque tenía cualidades innatas que le hacía destacar por encima de los compañeros. Sin comerlo ni beberlo, promediando alrededor de 60 goles por temporada. Una barbaridad, aunque era pronto para sacar conclusiones. El tiempo pasaba, su familia le aconsejaba (y sigue haciéndolo) que no descuidase los estudios porque tener una bala en la récamara era sinónimo de peligro mortal. Era importante que existiese un plan B por si el fútbol salía rana. Los años pasaron y Marc alcanzó el fútbol 11, etapa que significó un punto de inflexión en su carrera.
El ‘click’
El CD Roda lo fichó en infantiles asombrado por la facilidad que tenía para anotar goles. Como churros. Incluso, los propios entrenadores del burrianense se quedaban perplejos viendo cómo Marc solo decidía partidos siendo tan pequeño. El puchero empezaba a oler muy bien, pero todavía era pronto para servir el plato. Había que seguir cocinándolo a fuego lento. Por aquel entonces. Con 13 años estudiaba en el Penyeta Roja de Castellón y además practicaba fútbol y atletismo. No tenía tiempo libre, era un no parar.
Su dedicación y el hecho de sacrificar varias devociones hizo que Marc subiese más escalones que el resto de sus compañeros. Antepuso la disciplina y el trabajo (a esas edades, los chavales suelen tener pocas preocupaciones) sabiendo que iba a tener mucho ganado en un futuro cercano. Así fue. Con la cabeza fría y centrada, iba sembrando sus semillas poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa. Y ahí justo apareció el Valencia CF que lo incorporó a la academia en segundo año de Infantil. Nueva aventura (algo más lejos de casa) en un club con mucha historia y trascendencia. Tenía que adaptarse al nuevo hábitat con mucha entereza. Era un paso importante: salía de la zona de comfort para llegar a un sitio completamente distinto. Sus más allegados tenían la incertidumbre de saber si Marc iba a acoplarse bien o si, por el contrario, no iba a estar agusto.
Lo cierto es que él encajó al 100% en su nuevo equipo y no notó apenas el cambio. Eso fue fundamental para lo que vino después. Ya en la etapa de Cadete (segundo año), Marc fue el máximo goleador en Liga Autonómica y al año siguiente, ya en Liga Nacional Juvenil, logró marcar 27 dianas en 26 partidos disputados. Números descomunales para un chico de 17 años. Entró por la puerta grande en el Juvenil B valencianista pulverizando todos los récords y siendo el máximo artillero de su equipo. Este año, aún con ficha del segundo juvenil, Marc ha competido con el Juvenil A en División de Honor donde debutó el 27 de noviembre de 2022 ante la UD Alzira.
Su primera diana en DH llegó en enero, contra el Toledo, demostrando que estaba y está preparado para asumir galones y responsabilidad en el Juv A ché. Es cierto que este curso ha tenido menos protagonismo que el anterior (17 partidos jugados entre el Juv A y el B y 560 minutos), pero ha aprovechado lo que se le ha dado. Sin hacer mucho ruido, ya ha dejado su huella en DH. Se espera que la próxima temporada tenga un rol mucho más importante. Además, tiene contrato hasta 2026.
El camino y un objetivo
Un chico tranquilo, con las ideas claras y focalizado en no desviarse del sendero por el que está caminando. Su entorno, sabio consejero del joven de Burriana, siempre le han puesto una red de seguridad debajo por si las moscas, aunque no la ha necesitado. Marc sabe que la formación es algo fundamental y no quiere descuidarlos sabiendo que, en muchos casos, el fútbol es solo flor de un día. En el césped apunta maneras y seguro que no es la última vez que vayamos a hablar de él.
Fotos y texto: Instagram Marc Palomero/ Xavi Jorquera
Interesante, gracias.