Una de las escuelas de fútbol base más reconocidas de la Comunitat Valenciana se siente, según sus propios integrantes, una extraña en su propio hogar. El Patacona CF está viviendo un 15º aniversario agridulce a todos los niveles: feliz por el nivel deportivo y competitivo de sus equipos, pero muy amargo debido al abandono que dicen sufrir por las instituciones de Alboraya, con el ayuntamiento que gobierna Miguel Chavarría como máximo exponente.
La escuela se fundó en 2008 y sus orígenes han sido ya repasados en varias ocasiones: el club no contaba con campo propio y comenzó su andadura entrenando en la playa, mientras aguardaba la promesa de una instalación que nunca llegaba. Los fundadores del club mantuvieron una lucha tenaz durante dos años hasta que el Ayuntamiento de Alboraya -por aquel entonces, gobernado por el Partido Popular– ejecutó la obra y entregó las llaves de una instalación que, como recuerda su presidente Salva Pons, llegó «sin focos y sin la posibilidad de utilizar los vestuarios«.
Así fueron los inicios en el Campo de la Patacona: durante los primeros años de vida del club, la entidad tuvo que alquilar y pagar de su bolsillo tanto focos con generadores de gasolina como casetas portátiles, a modo de vestuario.
Finalmente, tras muchas reuniones y peticiones, el Patacona logró que el ayuntamiento (ya en manos del PSOE) les instalara unos focos y habilitara los vestuarios. Corría el año 2012. «Estamos hablando de que, desde entonces, han trascurrido mas de 11 años sin que desde el consistorio se haya hecho ninguna inversión o mejora mínimamente relevante», indica el presidente de la escuela a ESPORTBASE.
A pesar de ello, el club ha mantenido lo mejor que ha podido la instalación y ha ido creciendo hasta ser, objetivamente y en base a méritos deportivos, una de las escuelas más reconocidas de la Comunidad Valenciana y uno de los clubes que, dentro del área metropolitana y junto Valencia CF, Levante UD y Torrent CF, toman parte en categoría nacional de fútbol.
La familias piden actuaciones y mejoras «necesarias»
En la actualidad, la situación tiene desesperados no sólo a los rectores de la escuela, sino también a buena parte de los padres que llevan a sus hijos a entrenar al campo. «Es insostenible», comenta uno de ellos a este diario. Un rápido vistazo a la instalación revela un desgaste evidente de varios de sus elementos (como las paredes del edificio principal), aunque lo más llamativo es el estado del terreno de juego.
El Patacona asegura que lleva «muchos años» reclamando una sustitución del césped artificial, ya caducado, pero que «nunca llega, ni siquiera tras el ascenso del Amateur a Tercera RFEF«. El hecho de tener a un club de su ciudad compitiendo en categoría nacional tampoco ha logrado motivar a los responsables políticos.
“¿La verdad? Ya no sabemos que hacer», explica Pons. «Lo hemos demandado por escrito, presencialmente, en verso y hasta de forma irónica por redes sociales, pero mejor no te cuento la contestación que recibimos por parte del alcalde. Las familias de los jugadores están empezando a cansarse y no sabemos ya que decirles«, agrega.
El mal estado del césped -cuya vida útil expiró en 2021– viene provocando en los usuarios de la instalación cada vez un número más elevado de lesiones.
A esto se le une la falta de iluminación: en pleno 2023, el recinto todavía emplea focos halógenos, que iluminan menos y consumen mucho más comparados con los más modernos LED con los que la gran mayoría de campos ya cuentan. Más problemas: el vallado que rodea el campo -a apenas un metro del perímetro del terreno de juego- sigue estando desprotegido y sin acolchar, «algo que hemos reclamado mil veces y que algún día provocará una desgracia con algún niño».
Tampoco olvidan la «chapuza» que se llevó a cabo para tapar la zona pavimentada con piedra en el campo anexo, «donde nos pusieron parches con el césped viejo y gastado del campo municipal de Alboraya, que el ayuntamiento sí que sustituyó, al parecer, sin necesidad de que se lo solicitasen».
Para rematar, durante el invierno que ahora termina «los jugadores han tenido que ducharse con agua fría, otro año más, ya que no hay manera de que la caldera que nos instalaron funcione como es debido», señala Pons.
Cansados de pagar y no recibir ayuda
«El club ya no puede hacer frente a más gastos», exclama el presidente. «Instalamos un desfibrilador pagado de nuestro bolsillo. Compramos e instalamos las sillas para que la gente pudiese sentarse. Pagamos el mantenimiento del césped. Fuimos nosotros los encargados de retirar las piedras y de allanar el terreno para el campo anexo. Tenemos una persona contratada que le echa muchas horas y se dedica a reparar pequeños desperfectos… pero la situación es insostenible y continuamos sin respuestas«, añade.
A su juicio, es «increíble» que, en pleno 2023, «la Patacona, una de las zonas de más crecimiento de la provincia de Valencia, tenga unas instalaciones como estas. Aquí parece que solo seamos de Alboraya los días de pago del IBI e impuestos. Acabamos avergonzados cada vez que clubes de toda la Comunitat acuden a nuestro campo a jugar partidos. Y la vergüenza es mayor cuando vamos a pueblos y ciudades a disputar partidos contra clubes que poseen instalaciones en perfectas condiciones y que nos producen envidia«.
El Patacona lleva intentando mucho tiempo que le hagan algo de caso en su propio hogar, donde han llegado a sentirse «unos extraños en nuestra propia ciudad». Sin embargo, la falta de soluciones empieza a obligarles a mirar hacia el exterior: «Estamos valorando buscar una nueva ubicación, ya que sin soluciones inmediatas es imposible subsistir y seguir promoviendo el deporte y sus valores», afirma Salva Pons.
«Aprovechamos para hacer un llamamiento: si algún municipio nos quiere ayudar mientras seguimos luchando por unas instalaciones dignas en nuestro barrio, esa ayuda será más que bienvenida y corresponderemos en consecuencia«, remata un presidente que no deja de repetirse la misma pregunta: «Si hemos conseguido lo que hemos conseguido deportivamente con todos los problemas que nos encontramos a diario… ¿hasta dónde podría llegar el Patacona con unas instalaciones dignas?«