El Villarreal se llevó la victoria por 0-1 frente al Alboraya en un disputado partido en el que los dos equipos tuvieron opciones, aunque los amarillos se mostraron más certeros y dominadores que su rival. De hecho, empezaron encimando a sus contrarios, convirtiéndose en los dueños del balón con triangulaciones de mérito. El Alboraya, por su parte, apostó por esperar agazapado, intentando lanzar alguna contra.
Poco a poco, el combinado “groguet” se hizo con el control en los primeros compases del primer tiempo. Y, tras varias intentonas infructuosas, un pase medido desde un lateral fue aprovechado por el “7” de los ayer locales -Ferreres- para batir al portero del Alboraya en el minuto 10. El arquero logró parar el balón en el primer remate, pero su rechace lo dejó vendido. El gol no hizo otra cosa que confirmar el guion ya establecido del partido. El Villarreal tocaba y tocaba contra un Alboraya UD encerrado en su propio campo.
El primer disparo de los locales llegó en el 21, con un tiro de Tamarit que apenas inquietó al guardameta amarillo. El encuentro, por entonces, era de pulsaciones lentas, situación quizás agravada por el notable calor de toda la jornada. En el 30′, Quintero lo tuvo todo para marcar el segundo del Villarreal tras superar al portero rival, pero la defensa del Alboraya consiguió rehacerse. Y en el 34 Víctor Moreno no logró dar con el toque final tras un autopase de mérito.
Los de L’Horta, por su parte, lo intentaban con Samuel Botwright y Okefor como estiletes. El primero cayó en fuera de juego antes de sufrir un penalti bastante claro y el segundo se fajó con los centrales una y otra vez, sacando algún disparo de mérito. El descanso llegó con todo por decidirse.
En el 41, una jugada de Quintero casi llega a gol. Su pase no fue aprovechado por Marcos Moreno. El partido se reanudaba con un ritmo frenético. Los groguets necesitaban más goles para buscar una carambola de resultados que les permitiera pasar de fase. Sus contendientes, de casaca roja querían alcanzar la igualada. El típico carrusel de cambios elevó el nivel físico y jugadores como “Bachu”, Mario Linares y Unax del Cura intentaban ganar protagonismo ofensivo. Chulvi, en el Alboraya, hacía lo mismo. Los groguets lo intentaban con más insistencia, pero su repertorio de jugadas ensayadas y combinaciones no dio resultado. Y el Alboraya no dudó en llamar a cuarteles en los últimos minutos del partido, adelantando sus líneas. En el 35′ Petrés se sacó un disparo de mucho mérito que no fue gol por poco.
Cuadro conmemorativo
Bati March, vicepresidente del COTIF, entregó al final del encuentro un cuadro conmemorativo a Pepe Hurtado, presidente del Alboraya. Los de l’Horta completaron el cartel del torneo tras los problemas con los visados registrados por el Bandeirantes. Y, a pesar de no haber cosechado puntos, se han medido con las ideas claras a todos sus rivales.