La saga Sevikyan se hace un nombre en el COTIF

De jugar pachangas en el patio de su casa familiar en Rusia a defender colores rivales en la ciudad de València. La de los hermanos Sevikyan se ha convertido, durante la presente edición del COTIF, en una de esas historias en las que no siempre familia e intereses futbolísticos caminan de la mano. Esta vez es Erik, el pequeño de la familia, quien pisa el césped de ‘Els Arcs’ para labrarse un futuro brillante en el universo fútbol. Lo hace con su nueva camiseta -la del Valencia CF- tan solo unas horas después de anunciarse su incorporación desde el CF Vilamarxant.

Érik ha hecho un buen balance de sus primeras horas con la elástica blanquinegra: “Los resultados no han acompañado, pero el grupo está unido y estamos adaptándonos muy bien al juego. Yo solo llego unos días, pero estoy aprendiendo mucho a su lado”. También aprendió mucho gracias a los consejos que su hermano le ofreció antes de venir a l’Alcúdia: “Me dio muchas indicaciones. Sobre el terreno de juego, el ambiente, la importancia de este torneo. Todo jugador de categorías inferiores quiere venir aquí, a un torneo con mucha historia. Seguiremos trabajando, sin duda”.

Hace dos años su hermano, Édgar Sevikyan -que ahora milita en las filas del Levante UD- pudo vivir de una forma similar la experiencia COTIF: gracias a un cambio de última hora. Se metió en la convocatoria de la selección rusa después de la lesión de un compañero. Desde entonces, todo fueron buenas noticias para el mayor de los Sevikyan. Se ganó un puesto como titular y acabó con un subcampeonato y el trofeo a máximo goleador de la competición bajo el brazo, con 3 dianas en 4 partidos jugados.

Curiosamente, los dos jugadores comparten demarcación y características de juego. Ambos jugadores de banda, extremadamente verticales, agresivos al espacio y con unas condiciones físicas brutales para desarbolar defensas con una facilidad pasmosa. Jugador con una gran técnica, prototipo de pelotero que, durante los últimos años, ha dado un gran resultado al combinado nacional de Rusia en los grandes trofeos internacionales absolutos. Quién sabe si dentro de unos años pudieran ser ellos la pareja encargada de comandar las acciones de ataque de toda una selección que, durante mucho tiempo, ha ocupado un puesto entre los mejores diez combinados del mundo de la FIFA.

La historia de Erik en el fútbol está todavía por escribir. La familia Sevikyan, de origen ruso, pero ya con raíces valencianas al completar parte de su formación aquí, volverá a mirar con atención el fútbol de sus pupilos, como ya lo hacían en su infancia a través de la ventana de su casa cuando compartían patio de juegos en su Moscú natal. Entonces compartían camiseta, la del Lokomotiv, hoy luchan por colores antagónicos y, en el futuro, ambos sueñan con enfrentarse en los terrenos de juego de la primera división con el COTIF como punto de partida.

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