Después de muchos meses, hay ‘fumata blanca’. Este jueves, la FFCV desgranó los detalles de las propuestas para las nuevas competiciones de fútbol-8 a partir de la temporada 2020-2021. Un proceso que ESPORTBASE ha seguido paso a paso desde su misma concepción, hace ya casi tres años, y que ya repasamos hace unos días.
A la postre, el órgano federativo optó por la opción ‘C’ que detallábamos en nuestro informe: tomar el proyecto de reestructuración inacabado por el Comité Deportivo (debido a la crisis de la covid-19), que los miembros de la Junta Directiva rematasen los últimos detalles y elevarlo a votación de los clubes en la Asamblea FFCV que tendrá lugar a finales de junio.
El anuncio público de la FFCV este jueves a través de su web oficial no vino acompañando del correspondiente documento federativo con todos los detalles sobre la propuesta, aunque dicho documento sí que está ya en manos de los asambleístas que lo tendrán que aprobar o rechazar.
La división por categorías (Preferente, Grupo A, Grupo B y Grupo C en Alevín de Segundo Año; Grupos A, B y C para el resto de categorías de fútbol-8) que van en base al nivel de los equipos ha sido una solución de consenso desde hace meses. Se elimina el concepto de ‘Superliga’ o competición de referencia en Alevines de Primer Año, Benjamines y Prebenjamines. Solo los Alevines de Segundo Año, más formados, pertenecientes a escuelas o clubes de referencia y a solo un año de dar el salto a fútbol-11, tendrán esa toma de contacto más ‘seria’ con la competición.
Fuentes de la FFCV hacían ayer especial hincapié en el objetivo federativo de rebajar la «tensión» de la competición en niños de corta edad, y de relajar ciertas actitudes de padres, clubes, escuelas y técnicos que en los últimos años habían convertido las Superligas en fuente de presiones para los propios niños debido a su competitividad.
Sin embargo, serán precisamente los clubes y escuelas los que tengan la llave para que este nuevo formato en el fútbol-8 se imponga y consolide. Y todo reside en este párrafo:
Este nuevo formato de competición para el Fútbol 8 se basa en la libre inscripción de los clubes y en la convicción de que van a elegir la liga en la que participar en función del nivel del equipo y de la buena fe que tengan. Los clubes podrán elegir que un equipo participe en la Liga Preferente o en los Grupos A si consideran que tiene mucho nivel, así como inscribir a equipos con un nivel intermedio en el Grupo B o con menor nivel futbolístico en un Grupo C.
Es decir, que se depende de la buena fe, honestidad y capacidad crítica de las escuelas para con sus equipos, inscribiéndolos en la categoría adecuada en base a su nivel y potencial deportivos. Una manera de que haya mayor igualdad en las ligas y se reduzcan los resultados abultados y el desequilibro deportivo.
También fue llamativo el hecho de que la inscripción para la competición de referencia (Preferente Alevín Segundo Año) esté limitada a clubes con «más de cinco años de historia en el fútbol base de la Comunitat Valenciana, considerados como clubes con conocimiento del funcionamiento de las categorías del fútbol base». Un requisito indispensable «para todos salvo para los clubes que hayan participado esta última temporada en la categoría de Superliga, que serían admitidos igualmente». Por lo tanto, escuelas de reciente creación como Santa Bárbara o Sporting Benissano (conveniadas con Alboraya UD y CF San José, respectivamente) sí que podrían tomar parte.
Del mismo modo, la libertad para inscribir equipos en esta nueva Preferente hará que la competición deba dividirse en varios grupos. Una primera estimación federativa, a la que tuvo acceso ESPORTBASE, habla de una cifra de entre 40 y 50 equipos inscritos incluyendo las provincias de Valencia, Alicante y Castellón. Así las cosas, habría que dividirla en tres grupos; en caso de haber más equipos inscritos, el número de grupos aumentaría; en caso de ser menos, se vería reducido.
Directivos de la FFCV que han promovido el cambio en los últimos años valoraban ayer como un «auténtico triunfo» esta reestructuración, que «beneficiará» la formación en estas categorías. También son conscientes de que, a pesar de la buena predisposición y de los buenos deseos, siempre habrá uno o varios clubes que traten de aprovechar un modelo deportivo (el fútbol-8) netamente formativo y de crecimiento del jugador para meter con calzador a equipos con menor (o mayor) nivel deportivo en categorías superiores (o inferiores). Saben que se darán casos de equipos de nivel medio jugando en Grupos A y recibiendo severos correctivos; del mismo modo, también habrá casos de equipos de alto nivel, que corresponderían a Grupos A, siendo inscritos en Grupos B o incluso C para así ganar su liga ‘de calle’ y arrasando al resto de rivales.
Ahí entran en acción las sanciones, quizá el punto del anuncio del que menos detalles conocemos:
El Comité Deportivo estudiará si algún equipo ha tomado parte en una competición que por nivel no le correspondía con arreglo a los resultados obtenidos durante toda la liga regular y podrá proponer una apertura de expediente disciplinario al Comité de Competición en caso de considerarlo necesario.
Desde la FFCV esperan no tener que tirar mano de los expedientes disciplinarios pero, como es habitual, solo sabremos la efectividad de estas medidas de disuasión cuando las competiciones arranquen en el último trimestre de 2020.