Un gesto tan simple como abrir una botella puede ser el inicio de una vocación ligada al fútbol, menos mediática que este pero igualmente entretenida y que puede practicarse casi en cualquier sitio.
El fútbol chapas ha sobrevivido de manera saludable al paso del tiempo, transmitido de generación en generación y muchas veces ejerciendo de nexo de unión entre unas y otras. Adultos y niños enfrentados en duelos donde la edad no significa igualdad y solo la destreza marca la diferencia.
“El fútbol chapas transmite los valores que todos deseamos. El primero es el compañerismo porque se intenta que quien vaya a jugar disfrute de la persona que tiene al lado y de un momento de ocio totalmente diferente a todos los demás”, explica Pedro Callado, presidente del club de Madrid a EFE.
“Fomenta la interrelación entre generaciones, que hoy en día es muy importante. Y sobre todo fomenta, en el caso de los niños, la interrelación con personas de todo tipo. Puede jugar cualquiera, y más en confinamiento. Normalmente todo el mundo que juega a las chapas y tiene hijos, estos también lo hacen“, manifiesta.
Otra de sus virtudes es la capacidad para generar entretenimiento de la nada: “Todo lo que se utiliza para jugar a las chapas lo puedes crear. Puedes crear tus equipos de verdad o inventados, pintarlos, recolectar tus chapas e incluso hacer el campo con ayuda de alguien, pintarlo en el suelo. Tiene infinidad de salidas en ese sentido”.
“Las porterías las puedes hacer con una caja de zapatos, con unos bolígrafos, con cualquier cosa. Si no tienes una bola puedes usar un garbanzo. En cuanto a las chapas, todo el mundo tiene de las bebidas de casa. Es fácil organizar esa actividad dentro de una casa si no tienes un material preparado para ello”, indica.
Ello no significa que la disciplina no esté sometida a una serie de limitaciones cuando se da un paso más allá del pasillo de casa: “Hoy en día se juega sobre un tablero que se soporta sobre dos borriquetas, con una pelota totalmente esférica. Para que no ruede mucho lo que se utiliza es una moqueta sobre la que se pinta un campo de 1,70 de largo por 1,10 de ancho. Trasladas lo que hacías en el suelo a una mesa, que es más cómodo“.
“Cuando empezamos hace 20 años en esto se jugaba por barrios, cada uno lo hacía de una forma diferente. Cuando empezamos 17 locos cada uno jugaba de una forma. Vimos que había gente que se interesaba y desde el principio, para evitar todo eso, se creó un reglamento oficial con el que se juega a las chapas. El de los niños es más laxo”, añade.
Atraer a estos últimos, especialmente en un momento actual en el que se han redoblado los estímulos para ellos, sigue siendo un objetivo primordial. Y el esfuerzo va por buen camino pues, por ejemplo, se ha recuperado un campeonato infantil que llevaba años parado.
Eso no quita que los adultos sigan interesándose: “Los que ya hemos jugado cuando éramos pequeños lo conocemos pero la gente que no lo conoce y empieza a verlo sin haber jugado nunca, al final se engancha. Cuando se hacen eventos multitudinarios o campeonatos y viene gente que no lo conocía o lo había jugado hace mucho tiempo, le gusta y lo que desea es jugarlo”.
“Ahora mismo en España habrá entre 1.000 y 1.200 personas federadas y existen 20 clubes por toda España. Por suerte hasta ahora año tras año vamos aumentando socios todos los clubes. Esto es un proceso muy lento y lo que sí nos satisface es que nunca hemos ido a menos sino a más. Aunque sea poco y sean 20 ó 30 licencias nuevas todos los años, eso te hace ir luchando para que esto llegue a más sitios”, comenta.
Todo ello a la espera de las consecuencias que pueda tener el actual confinamiento: “Seguramente haya un boom tras el coronavirus porque aparte de que la gente está en casa y no puede salir, todos los clubes de España a través de redes sociales estamos haciendo campeonatos online para que la gente lo vea“.
“Se están poniendo cámaras en todas las casas y retransmitimos partidos en directo. Enseñamos a jugar a la gente, damos consejos de cómo hacer los equipos. Todas las emisiones que se están haciendo tienen miles de seguidores”, agrega.
Sin embargo no quieren que la vinculación entre el deporte y las chapas se quede ahí. La idea ahora es ir un paso más allá e impulsar otras combinaciones. En este sentido ya se planea crear una federación de ‘ciclochapas’, donde los protagonistas sean los nombres del pelotón. Y hay quienes prefieren simular con ellas el gran circo de la Fórmula 1. Un mundo de posibilidades en el que la imaginación no tiene límites.
Texto: Agencia EFE / Carlos Mateos
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