Una situación en la que tenemos que pasar mucho tiempo en casa (por ejemplo en el actual confinamiento o cuando un deportista está lesionado o enfermo) la podemos afrontar (actitudinalmente) de dos maneras: 1) lamentarnos y “pasarlo mal”; o 2) buscar la mejor manera de aprovechar y aprender de una nueva situación, pensando en un beneficio más global y futuro. Es decir, podemos “sólo estar en casa” o aprovechar el tiempo que estemos en casa para adquirir una serie de competencias que nos ayuden en el presente y en un futuro.
Los y las grandes deportistas no sólo son buenos en su deporte, sino que además han desarrollado una serie de hábitos y características que hace que puedan mantenerse y competir durante tiempo. Aun estando en casa es posible planificar acciones para adquirir esas competencias que acerquen a jóvenes deportistas a parecerse cada vez más a los grandes referentes de su deporte. Podemos ayudarles (y que se ayuden a sí mismos/as) a que sean cada vez mejores deportistas.
En este sentido, sabemos que los ‘top’ son capaces de, al menos:
- Organizarse bien el tiempo: de manera que “haya momentos para todo”. En este sentido sería bueno que se hicieran una planificación (aunque sea flexible) para poder hacer todas las actividades previstas, desde hacer los deberes, tareas de casa, jugar a la videoconsola, la tablet, tele, hacer ejercicio… asumiendo obligaciones diarias y siguiendo un orden dentro de una posible flexibilidad.
- Alimentarse bien: llevando una dieta equilibrada y, sobre todo comiendo a las horas que sea adecuado para cada uno, dentro de un horario más o menos planificado.
- Descansar adecuadamente: tanto manteniendo las horas de sueño habituales por la noche, como el horario para irse a dormir y despertarse, y también teniendo momentos de relax. Eso ayuda a recuperar energías a través del descanso nocturno o durante el día con mini sesiones de desconexión. Es una opción realizar yoga, relajación, meditación, mildfulness… si se considera oportuno para incorporarlos al horario o bien desconectar de manera más “sencilla” (pero planificada).
- Pasar tiempo en familia: las personas de apoyo son un bien necesario que es adecuado valorar y cuidar. Disfrutar con los suyos reforzando positivamente esa relación con la familia que está junto a ellos y con otros allegados a los que no puede ver personalmente pero con quien sí se puede contactar de manera telemática, es una competencia que le dará seguridad, además de bienestar emocional.
- Buscar soluciones útiles (desarrollando una mentalidad fuerte): en lugar de lamentarse, es mucho más eficiente mantener un estilo de funcionamiento que oriente a lo que “le sirva” (que además permite prevenir posibles momentos desagradables futuros). De esta forma, una situación como la del confinamiento (o una lesión larga…) puede ser una gran oportunidad para conocerse mejor (analizando cómo se siente ante esta situación, qué le ocurre cuando se tienes que reorganizar, hacer un ejercicio diferente, tener una rutina distinta…); puede desarrollar la creatividad buscando hacer cosas similares a las que hacía antes del confinamiento en una situación totalmente diferente; acostumbrarte a pensar de manera constructiva, es decir orientándose a hacer aquello que le “solucione” situaciones de manera inteligente y “natural”; aprender a “saber esperar” haciendo lo que mejor puede hacer en cada momento…
Todo depende de cómo se afronten esas nuevas experiencias. Todo depende de qué es lo que quiera plantearse cada uno. Y, aun sabiendo de la dificultad de esta situación, podemos prepararnos, disfrutando lo que podamos de esta novedad, para cuando las cosas sean diferentes. No es fácil, desde luego, pero “es lo que hay”. Es una nueva experiencia, que puede ser una nueva oportunidad de crecer. A seguir.
David Peris Delcampo (@dperisd)
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte
Profesor de la Universidad de Valencia
Presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Vicepresidente de la Federación Española de Psicología del Deporte