La existencia de sanciones federativas para aquellos futbolistas o técnicos que profieren insultos racistas durante un partido (que sean reflejados por el árbitro en el acta) no es suficiente para algunas escuelas como el Sporting La Pobla. En su cúpula consideran que estas sanciones deben extenderse a los aficionados, acompañantes y padres que disfrutan el partido desde la grada. Aunque, en ocasiones, eso suponga tener que sancionar a uno de los ‘suyos’.
Es lo que ocurrió hace unas semanas en la escuela -de reciente creación, ya que comenzó su andadura en 2019- debido a un episodio de insultos racistas durante uno de sus partidos de Alevines. El comportamiento del padre de un futbolista dejó mucho que desear, con «insultos racistas y menosprecio al entrenador del rival y a un jugador de otra nacionalidad del rival». Un espectáculo dantesco que desde el Sporting se quiso cortar de raíz.
No hizo falta revisar el acta arbitral ni ningún otro documento, ya que hubo muchos testigos de aquel comportamiento. A los pocos días, el club notificó por carta al padre infractor la sanción de cuatro partidos sin poder acudir al recinto a ver el partido de su hijo. El padre, consciente del error, acató la sanción -que, por cierto, cumplirá de manera total en los próximos días-. Y firmó el documento aceptando el castigo a lo largo de las siguientes cuatro semanas.
El presidente del Sporting La Pobla, Roberto Martín, explicó a ESPORTBASE que la medida viene motivada «porque no podemos tolerar actitudes de este tipo». «Somos una escuela joven y que hace de las causas solidarias y de igualdad de género dos de sus puntos principales, y este tipo de comportamientos chocan frontalmente contra lo que queremos promover«, agregó.
«Pensamos que es una medida acertada y que otros clubes podrían también implementar para, entre todos, que no solo dependamos de la FFCV para cortar estos incidentes de raíz y que el fútbol sea solo una herramienta de aprendizaje para los niños», finalizó.