La repentina muerte de Kobe Bryant ayer domingo a los 41 años de edad en un accidente de helicóptero en el que también viajaban otras ocho personas, entre ellas su hija Gianna de 13 años, ha sacudido como un terremoto el mundo del deporte a todos los niveles por la crueldad del hecho, por lo súbito de su marcha y por el impacto que el exjugador había tenido y tenía sobre el baloncesto actual. Es una tragedia con todas las letras, un golpe durísimo para el deporte a nivel planetario y un mazazo todavía más duro para su familia y amigos.
Conforme llegaban las primeras piezas e informes sobre las causas del accidente, un dato destacó para nosotros por encima de los demás. Lo ofreció el siempre fiable Adrian Wojnarowski de la ESPN, que citaba fuentes propias para añadir que Bryant y su hija se dirigían a un partido de basket a domicilio de la segunda, con otros padres y jugadoras también entre las víctimas: John Altobelli (exjugador de la Universidad de Houston, entrenador de béisbol), Keri Altobelli (esposa de John), Alyssa Altobelli (hija de ambos y compañera de equipo de Gianna), Payton Chester (compañera de Gianna) y Sara Chester (madre de Payton), además de Christina Mauser (entrenadora de la Harbour Day Scool de Newport Beach, donde asistía Gianna) y el piloto del aparato, Ara Zobayan.
Sources: Kobe Bryant was on his way to a travel basketball game with his daughter Gianna when the helicopter crashed. Those aboard the helicopter also included another player and parent.
— Adrian Wojnarowski (@wojespn) January 26, 2020
En sucesos de este calibre, el ser humano tiende a traer a su terreno la desgracia, por medio de la empatía, para buscar puntos en común con lo ocurrido. Hay uno muy evidente: Bryant y sus acompañantes eran como tantos miles de padres y madres que hacían hueco cada fin de semana para una actividad que damos por sentada y que significa mucho más de lo que parece: llevar a sus hijos a sus partidos de fútbol, baloncesto o cualquier otro deporte.
No importa si era en helicóptero o, como suele ser más habitual, en coche o furgoneta. El vehículo es lo de menos. No importa si eres millonario o si tu economía es mucho más limitada. El esfuerzo de planificar la semana, dejar varias horas libres el sábado por la mañana, el viernes por la tarde, el domingo a mediodía o incluso a horas intempestivas cualquiera de esos días… Eso es lo que cuenta. Ese es el sacrificio que todos los padres con hijos o hijas en equipos y categorías de formación realizan cada siete días.
Kobe quería a su hija Gianna María-Onore ‘Gigi’ Bryant con pasión y compartía con ella entrenamientos, partidos de infantiles, confidencias y amor por el baloncesto, de la misma forma que un padre de Valencia se sienta con su hijo a ver un partido de fútbol por televisión o una madre de Madrid charla con su hija camino de un partido de hockey hierba. Los dos usaban el deporte como uno de los vínculos más fuertes entre ambos.
Es fácil sentirse identificado con ellos porque vemos, en ESPORTBASE, multitud de casos similares cada fin de semana en los campos. La misma mirada de ilusión en el niño que se monta en el coche camino a jugar su partido fuera de casa y la misma mirada de orgullo en el padre o madre que se pone al volante para llevarle, animarle y traerle de vuelta, gane, empate o pierda. En esas situaciones, como cada vez que cogemos carretera, la tragedía y la mala fortuna pueden segar de pronto la vida de cualquiera. Por mucha seguridad que ofrezca el trayecto, el riesgo latente siempre está ahí.
Kobe and Gigi courtside breaking down the game 📋 pic.twitter.com/FxqSjVx6ew
— ESPN (@espn) December 22, 2019
Hace apenas un mes, ambos estaban a pie de pista analizando un partido jugada a jugada, en una imagen que me recordó a lo que hacía mi padre conmigo hace mucho tiempo… y que me anticipaba lo que, ojalá, pueda hacer yo con mi hijo o hija de aquí a unos años.
Ambos nos han dejado de manera terrible y precipitada, y por eso es nuestra obligación valorar esos pequeños momentos de complicidad con nuestros seres queridos. Los damos por sentados hasta que, un día, desaparecen. Descansen en paz Kobe y Gianna Bryant. El deporte formativo y lo que representa para todas las familias del mundo también está de luto.
— Mari Manoogian (@MariManoogian) January 26, 2020
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