Foto: Google
El pasado 8 de diciembre se disputó uno de tantos partidos de fútbol-8 en la Comunitat Valenciana entre el Alevín C del Atlétic Vallbonense y el Ciutat de València E, del Grupo 4 de la Liga Alevín de Valencia de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana. Hasta aquí, todo bien.
Apenas un par de días se hizo pública la sanción de 25 partidos para uno de los jugadores de 10 años del Atlètic Vallbonense, por “agredir al árbitro precisando asistencia médica” en dicho encuentro, con la peculiaridad de que el colegiado de ese partido también era un menor. A su vez, según señalan las informaciones consultadas, los hechos se produjeron dentro del vestuario del árbitro donde, además, uno de los adultos responsables del club en cuestión, intentó ocultar la identidad del jugador causante de los hechos para evitar su sanción. ESPORTBASE se hizo eco de lo ocurrido este domingo.
Según el Código Disciplinario de la Federació de Futbol de la Comunitat Valenciana (FFCV), en el artículo 110 (agresión contra árbitros, delegados, directivos o autoridades), apartado primero (en relación a las agresiones a árbitro principal, asistentes o cuarto árbitro), subapartado b, se especifica que tales acciones se sancionarán con:
“Privación de la licencia, inhabilitación o suspensión por tiempo de siete a doce meses o de veinticinco a cuarenta y ocho partidos, si el ofendido precisara una asistencia sanitaria”
Por tanto, según la normativa de la FFCV, en el caso de estos hechos que se consideran probados, se ha aplicado la menor de las sanciones posibles.
Desde ESPORTBASE y ante la gravedad de los hechos, especialmente tratándose de un jugador Alevín y con el agravante de que se haya intentado ocultar su identidad por parte de un adulto del club del causante de los hechos, se pulsó la opinión de varios psicólogos expertos en Psicología del Deporte para analizar este tipo de sanciones.
Enrique Cantón Chirivella, Coordinador General de la División profesional del Colegio Oficial de la Psicología del Deporte en España y profesor de la Universidad de Valencia, señala que para poder realmente erradicar este tipo de comportamientos violentos “no podemos ser inconsistentes ante ellos, sancionado unas veces, siendo permisivos otras, o incuso, considerándolas como algo sin importancia o propio del fragor competitivo”.
Según Cantón, si algo ha demostrado la ciencia de la Psicología es que “la única manera de reducir o eliminar una conducta inapropiada es castigándola y/o reduciendo su recompensa, de forma consistente, y reforzando aquellos otros comportamientos que son contrarios e incompatibles, como las que se engloban en el concepto de juego limpio”.
Por su parte, David Peris Delcampo, presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA) asegura que “es necesario que creemos las condiciones para fomentar un deporte de calidad”.
En este sentido, la adecuada implantación de normas «que fomenten valores como el compañerismo, el respeto o la tolerancia son necesarias para que los más jóvenes y también los adultos interioricen que el mejor camino dentro del deporte es lo que tiene que ver en el deporte en sí”, añade Peris.
Por lo tanto, dos especialistas en Psicología del Deporte respaldan y dan apoyo científico a esta decisión de la Federación, instando a que no sea anecdótica sino consistente y permanente en todas las ocasiones en las que suceda, generando fórmulas alternativas para promover un deporte de calidad y prosocial que acabe haciendo innecesario y realmente puntual tener que aplicar castigos.