Arbitraje femenino: hace falta algo más que el VAR

Foto: FFCV

El arbitraje en la Primera Iberdrola es un tema candente en las últimas semanas. Desde el inicio de temporada son muchas las polémicas que envuelven a la Primera División femenina con motivo de errores arbitrales que están perjudicando a la gran mayoría de equipos de la categoría.

Este último fin de semana se han producido dos acciones que han sido la gota que ha colmado el vaso.

La primera, el gol anulado por un inexistente fuera de juego a la jugadora del Valencia, Mari Paz Vilas. La colegiada invalidó el gol de la delantera gallega que hubiese significado el 3-4 favorable a las valencianistas en un encuentro que el cuadro che acabó perdiendo 4-3.

Además de esta jugada polémica, hubo otra en el partido que enfrentó a Logroño EDF y Levante en Las Gaunas. La jugadora levantinista Alba Redondo quedó tendida en el suelo tras una mala caída. La colegiada no paró el encuentro y el médico del Levante, viendo la posible gravedad de la situación, decidió acceder al terreno de juego para asistir a la futbolista sin el permiso de la árbitra.

Debido a esta infracción, la colegiada decidió mostrar la cartulina roja al médico, sin preocuparse previamente por el estado de la futbolista que se encontraba inmóvil en el suelo. Con el reglamento en mano, la expulsión es justa, pero hay en ocasiones donde lo primero es aplicar el sentido común por delante del reglamento y esta vez, era una de esas.

Son muchas las acciones polémicas que se han producido en estas diez primeras fechas y que hacen ver que todavía falta mucho por mejorar en el arbitraje de la Primera Iberdrola. Como siempre, no me refiero a la globalidad de las colegiadas, pero sí a varios casos concretos.

Tendemos a pensar que con la tecnología del VAR se pueden solucionar gran parte de los problemas del arbitraje, sin caer en que el VAR no proporciona ni la experiencia necesaria al árbitro ni los fundamentos técnicos y reglamentarios para ejercer su labor. Eso se lo dan los años de ‘curtirse’ en las categorías formativas de las distintas regiones de nuestro país, con el sistema de puntuación de ascensos y descensos instaurado desde hace décadas por el CTA.

El nivel de las jugadoras de la máxima categoría nacional ha aumentado una barbaridad en los últimos años, pero en ciertas ocasiones el arbitraje no acompaña y eso es algo que todos los estamentos -RFEF, la propia Primera Iberdrola, las territoriales, etc.- deben impulsar para tener el mejor producto posible.

Todo en la vida lleva unos procesos y el arbitraje no es menos, Probablemente, la RFEF ha querido establecer de manera muy temprana una totalidad de árbitras y árbitras asistentes en la categoría femenina cuando muchas de ellas todavía se encontraban en proceso formativo.

Tal vez, sería conveniente que al igual que hay árbitras que forman parte de la Primera División masculina, hubiera hombres que pitasen en la Primera Iberdrola con tal de acabar con esta problemática y favorecer al desarrollo de la competición. En determinados aspectos, lo de «crecer demasiado deprisa» sí puede acabar resultando un obstáculo para el verdadero crecimiento y consolidación del futfem.

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Responsable de fútbol femenino y especialista. Scouting y datos.

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