El Valencia consiguió el pase a la semifinal del COTIF Promesas Istobal al forzar los penaltis en los últimos segundos del partido contra un Villarreal que, a diferencia de la jornada anterior, no tuvo acierto desde los once metros al errar sus dos lanzamientos.
Los primeros diez minutos estuvieron marcados por las -excesivas- muestras de respeto entre ambos equipos. Aunque, siendo sinceros, no era para menos. Se enfrentaban en cuartos de final dos de los grandes favoritos a alzarse con el título del COTIF Promesas Istobal: el Valencia y el Villarreal. Y, claro, en un encuentro de este nivel, con más de 300 personas bordeando el campo anexo de Els Arcs, conviene pecar más de paciencia que de atrevimiento. Pero, ya saben, en esto del fútbol la suma de una unidad más otra da como resultado cualquier número diferente a dos. He aquí el ejemplo más claro de que en este juego no existe nada predecible, más allá de las estrategias o las tácticas que se moldean en los vestuarios minutos antes de empezar. Algo así ocurrió en el primer acto.
Ambos equipos saltaron al verde bajo el calor, gran protagonista de los cuartos, con una idea de juego clara. El Villarreal, unido en su campo sin ceder ni un solo espacio, intentó desde el pitido del colegiado adueñarse del control de la posesión al concentrar muchos efectivos en el centro del campo; el Valencia, por su parte, aguardaba atrás ningún tipo de prisa, esperando su oportunidad a la contra. Con jugadores del nivel de Amín Rachid o Javier Aguilar se lo podía permitir, así que dejaron que el Villarreal paseara sin peligro la pelota por el verde, aunque los planes se les torcieron al filo del descanso. En uno de sus tantos intentos de empezar la jugada desde la defensa encontraron oro en el área del Valencia. Aimar Traver, al lanzamiento de un balón milimétrico, hizo un control en velocidad de escándalo para plantarse delante de Rafa Ortiz y anotar el primer gol de la tarde, con el que se llegó al descanso.
Tras cargas las pilas y escuchar las nuevas instrucciones de sus técnicos, el partido tomó un aire diferente. El Valencia, que iba mínimamente por debajo en el marcador, dio un paso al frente y empezó a probar con fundamento la meta amarilla. Y, en una de esas intentonas, encontró su premio con un disparo seco de Raúl Candel desde la frontal, escorado a la derecha, al pase desde la derecha de Álvaro Almagro. Con la vuelta de las tablas al partido, volvió el miedo de la primera parte. El Villarreal salió de su campo, con el control de la pelota de por medio, y encontró de nuevo la ventaja.
Tras una jugada maradoniana de Izan Cubillas, que terminó en un lanzamiento muy peligroso desde el borde del área, anotó el segundo en su cuanta particular Aimar Traver, que se hizo con el rechace al chute de la falta. Con la momentánea eliminación de los valencianistas apareció Thiago Albiol en el último segundo para marcar un golazo desde la frontal que llevó el partido a los penaltis. Y desde los once metros solo hubo un dueño y señor: el Valencia. Anotó sus dos penaltis y, ante los dos errores seguidos de los amarillos desde los once metros, selló su pase a las semifinales.
Texto: COTIF
Deja una Respuesta