Los pequeños futbolistas del equipo alevín del Málaga CF, de 10 a 12 años, maravillaron a la opinión pública el pasado fin de semana cuando reprobaron la actitud de sus familiares en las gradas durante un partido que jugaron en Punta Umbría, dándoles la espalda en señal de rechazo por el altercado que protagonizaron con aficionados del Sporting de Portugal.
Unos hechos que se produjeron el domingo en las semifinales del torneo Costa de la Luz Cup, cuando en el minuto 8 del segundo tiempo, con victoria momentánea malagueña (2-1), varios agentes de seguridad del torneo tuvieron que intervenir en la zona de grada tras una de las porterías por un altercado del público. El encuentro se detuvo y la plantilla al completo del equipo malaguista, junto con sus técnicos, se dirigió a esa zona para condenar el mal comportamiento de esos aficionados y se colocaron en línea de espaldas a ellos y abrazados para después darse la vuelta y reprocharles su actitud con el dedo índice hacia abajo, lo que provocó la ovación del público.
El delegado de la Real Federación Andaluza de Fútbol en Huelva, José Antonio Fernández, aseguró a la Agencia EFE que fue “un gesto precioso” y cree que si los jugadores reaccionaron así con sus propios familiares es porque “seguro que en otros partidos han dado la lata”, añadiendo que lo ocurrido es “digno de elogio”. Estas acciones son “las que hay que prestigiar y dar difusión para que cunda el ejemplo”.
Los alevines del Málaga pararon su partido contra el Sporting de Lisboa que estaban disputando en un torneo en Punta Umbría como protesta hacia sus propios padres que habían montado una trifulca pic.twitter.com/bynDH7zwOc
— José Manuel Romero (@ElEcoFutbolero) June 16, 2019
Es evidente que gestos como estos, que se viralizan con suma rapidez, puede llegar incluso a ser un arma disuasoria contra los padres y madres que, bajo el pretexto de acompañar a sus hijos al fútbol, dan rienda suelta a su faceta menos edificante en las gradas. Por regla general los equipos y los jugadores no suelen reaccionar a los incidentes ocurridos fuera del terreno de juego, pero parece evidente que aquí el cuerpo técnico ya había consensuado con la plantilla del cuadro malagueño la forma de proceder en caso de cualquier altercado protagonizado por sus hinchas.
A lo mejor estamos presenciando el inicio de algo grande.
Si las advertencias no funcionan, si las sanciones no funcionan, si las medidas cotundentes no funcionan… Mientras llega la educación (un trabajo profuso, ingrato y que, por definición, cuesta años y años instaurar y hacer que cale entre la gente), estos ‘toques’ a los padres por parte de sus propios hijos son una buena manera de poner en evidencia a adultos que no se comportan como tal.
El ejemplo del Málaga CF ha dado la vuelta al mundo en apenas un par de días; quizá diez o quince actuaciones más como esta, ‘retratando’ a los aficionados o padres incapaces de comportarse civilizadamente en la grada mientras varias cámaras les enfocan recibiendo un gesto de ‘así, no’ de sus hijos, puedan generar al fin el miedo al ridículo necesario para que estos personajes dejen de dar la nota.
Por cierto: ¿qué imagen debieron llevarse los jugadores portugueses del Sporting de Lisboa? Por parte de sus rivales en el césped, inmejorable; por parte de algunos aficionados en la grada, absolutamente patética.