En la misma semana, el aficionado valencianista ha podido comprobar cómo, en dos contextos totalmente diferentes, una solución distinta al mismo problema puede traer resultados igual de positivos. A la hora de impulsar y proteger la trayectoria deportiva de futbolistas en formación, los casos de Uroš Račić (20 años) y Ferran Torres (18 años) presentan similitudes y diferencias; su resolución, sin embargo, les va a llevar por caminos diametralmente opuestos.
En el caso de Ferran, su irrupción la temporada pasada en el primer equipo se debió a una serie de factores (campeón de Europa Sub-17, subcampeón del mundo de la misma categoría, interés de grandes clubes en su figura, etc.) que propiciaron su debut en la élite, quizá antes de lo que hubiese sido deseable. Así, su paso por la máxima categoría no había sido destacable en todo el 2018, con apenas cuatro ratos sobre el campo en los que poco o nada pudo mostrar de su verticalidad, descaro, velocidad y gol pegado a la banda.
Hasta esta semana. El martes, tras una primera mitad gris de todo el equipo, Ferran se quitó las cadenas, se liberó de sus complejos y volvió a lo básico. A lo que mejor sabe hacer: encarar, marcharse, centrar. El Valencia resucitó por ese costado, dio la vuelta al marcador ante el Sporting y Ferran remató la noche con un golazo que mostró, en apenas diez segundos, todo lo que el chico atesora en sus botas: conducción fina, cabeza en alto buscando la mejor opción, finta con el cuerpo y regate, y manejo de ambas piernas para definir. Una actuación que le propulsó al partido del sábado, donde en un escenario muy diferente (el frío Balaídos), su control de pecho y definición con el exterior supusieron un 1-1 vital para que el Valencia, como así acabó resultado, remontase un choque que se había puesto cuesta arriba.
El caso de Uroš presenta diferencias significativas. No es nacido en Foios ni ha tenido una carrera internacional con su selección tan destacada, pero el pasado verano el Valencia apostó (sí, es la palabra adecuada) cerca de dos millones de euros por un centrocampista que despuntaba en el centro del campo del Estrella Roja. En su proceso, el club optó por poner el freno de mano respecto al primer equipo y le destinó a un Valencia Mestalla en el que Račić, quizá producto del cambio y la adaptación, alternó entre actuaciones destacadísimas y otros partidos en los que apenas tenía impacto sobre el juego de su equipo. Seis meses en los que la mala dinámica del Mestalla tampoco le ha ayudado demasiado a adaptarse.
El Valencia lo cedió al Tenerife hace un par de semanas. Lo hizo, además, con una cláusula de minutos para tener protagonismo a las órdenes de un Jose Luis Oltra que, como buen valenciano, tiene un conocimiento amplio de la cantera blanquinegra y conoce a la perfección las cualidades del serbio. Su partido debut este domingo no pudo ser más prometedor: dominador en la zona ancha, asistencia de gol y un zapatazo que se estrelló en el larguero. En la isla están encantados con un refuerzo que les puede ayudar a conseguir sus objetivos a final de temporada.
Misma conclusión, dos soluciones
Račić y Ferran comparten tres similitudes: son jóvenes, son ambiciosos… y necesitan partidos para crecer.
Una circunstancia que les pone al mismo nivel que centenares de futbolistas en etapa juvenil o recién estrenada la mayoría de edad. Estos ‘niños’ (porque lo son, aunque en algunos casos cobren sueldos millonarios) requieren de unas condiciones muy específicas para su correcto desarrollo. Tan específicas, que en cada caso hay que analizar infinidad de variables para tomar la mejor decisión para el jugador y para el club. Quedarse, trabajar y gozar de minutos ‘en casa’; o salir del confort del hogar, viajar y vivir lejos durante seis meses o un año, y regresar hecho un mejor futbolista.
En el caso de los jugadores valencianos, ese viaje cuesta en ocasiones el doble. Nadie quiere irse de casa para crecer, pero a veces es la única salida. Otro ejemplo significativo es el de Fran Villalba, que está haciendo una excelente temporada como cedido en el CD Numancia. Allí, entre el frío, la lluvia y la nieve, se curte otro jugador que en el futuro regresará a demostrar su valía.
Pese a la excitación en la isla, nadie en Tenerife puede garantizar que Račić vaya a llevar la manija en el medio campo con tanta maestría como ante el Nastic. Ni aquí en Valencia podemos confiar en ver goles cada semana como los anotados por Ferran. Pero lo importante es que, en ambos casos, los responsables deportivos han analizado y han tomado decisiones. Ambos jugadores se han topado, al fin, con esa oportunidad que llevaban tiempo anhelando. Aprovecharla o no es, ahora, tarea de ellos.