Cada año son más los futbolistas que, en el mercado de invierno, salen con destino a otros equipos en forma de cesión. Esto es algo muy común y que ya no sorprende a nadie en el ámbito del fútbol masculino, pero este sistema todavía no ha cuajado en el fútbol femenino. Sí que se han dado casos en el fútbol femenino español, pero todos ellos son puntuales y nada habituales.
Son muchos los equipos de la Comunitat que, pasado el primer tramo de la competición, no verían con malos ojos incorporar jugadoras para poder cambiar el rumbo de la temporada. Pero, sin embargo, la mayoría de movimientos que se realizan en el mercado de fichajes del fútbol femenino son en forma de traspaso.
En ESPORTBASE creemos que sería beneficioso para todas las partes que las jugadoras salieran cedidas a otros equipos, especialmente en categorías como la Segunda División Femenina o la Liga Autonómica, donde gran parte de las futbolistas están aún en un periodo de formación.
Las cesiones en el fútbol femenino profesional serían algo positivo para todos debido a los siguientes motivos:
Posibilidad de dar más minutos a futbolistas que no los tienen en sus clubes
Clubes como Levante, Valencia o Villarreal entre otros, con equipos en las categorías de Segunda División y de Autonómica, tienen muchas jugadoras jóvenes que, a pesar de entrar en dinámica con los equipos de Segunda, no disfrutan de tantos minutos como les gustaría en una categoría tan exigente. De esta forma, si los clubes contemplasen la posibilidad de ceder a algunas de sus jugadoras con mayor proyección a clubes más modestos de la categoría como pueden ser Discóbolo-La Torre, Marítim CFF, Joventut Almassora… tal vez las futbolistas, en ese periodo de cesión, adquirirían una experiencia que en sus clubes debido a la falta de minutos, no van a obtener.
Los equipos más modestos podrían ser más competitivos
Equipos con menos posibilidades económicas, como los mencionados anteriormente y otros muchos, podrían realizar incorporaciones en forma de cesión con jugadoras procedentes de los grandes clubes de su alrededor, mejorando así sus prestaciones en la competición y pudiendo hacer de la Segunda División una liga mucho más competitiva de lo que ya es.
Los propios clubes se verían beneficiados del progreso de esas futbolistas
Una vez las jugadoras regresasen tras la cesión a su club de origen, los propios clubes verían como, en muchos de los casos, las futbolistas llegarían con una formación mucho mayor que cuando se fueron. Muchas de ellas podrían ser piezas clave en las temporadas siguientes en categorías como la propia Segunda División o la nueva Primera División B y, por qué no, ayudaría para tenerlas ‘preparadas’ para dar el salto a la Liga Iberdrola en un futuro no muy lejano
En definitiva…
Si se instaura en los clubes más importantes esa cultura de ceder futbolistas a equipos más modestos para poder mejorar todavía más su formación, no sólo los propios clubes serán los favorecidos, sino que también se le hará un gran favor al fútbol femenino valenciano y español, que posiblemente verá como experimenta un crecimiento aún mayor que el que ha tenido en los últimos años.