Cada fin de semana, las circunstancias pueden jugar en contra de uno u otro equipo a la hora de configurar una convocatoria. Lesiones, enfermedad, viajes con la familia y otras circunstancias que pueden provocar que un niño, de la categoría Prebenjamín en este caso, no pueda estar disponible para su entrenador.
Algo así sucedió este fin de semana en el Deutsche Schule Prebenjamín ‘B’, que sólo pudo contar con cinco jugadores (un portero y cuatro jugadores de campo) en su partido del sábado ante el CD Malilla ‘C’. Es decir, tres menos de los necesarios para que el partido fuese un choque de fútbol-8 con todas las de la ley.
Ante semejante panorama, el equipo visitante tiene dos opciones: la más habitual, mantener el número de jugadores sobre el campo, por lo que la superioridad en este partido concreto hubiese sido de ocho contra cinco; o, como hizo el cuadro verdirrojo, adaptar el número de jugadores sobre el campo para que las fuerzas estuviesen equilibradas.
Esta fue la opción escogida por el Malilla, cuyo técnico prescindió de tres jugadores en su alineación (pese a tener catorce niños en la convocatoria) y jugó con cinco futbolistas sobre el césped en todo momento. Cinco contra cinco. Pese a que los responsables del Deutsche Schule le indicaron que no era necesario tal gesto, el Malilla lo hizo igualmente «porque nuestros valores nos impiden aprovecharnos de una superioridad numérica así», explicó el director deportivo Javier Sáez.
Sáez recordó que el año pasado se produjo una circunstancia calcada en un choque ante el Sporting Xirivella y que, para más inri, perdieron el partido. Pero añade que el factor resultado no es importante en situaciones como estas. En esta ocasión, y aún jugando cinco contra cinco, el CD Malilla demostró estar más en forma (ganó con comodidad 0-12), pero al menos el partido resultó más igualado que si hubiesen jugado con tres hombres más que el equipo local.