Como suele ocurrir en el fútbol, el resultado final de las elecciones a la Asamblea General de la FFCV (107 favorables a Salvador Gomar, 13 favorables a David Albelda) podría llevar a engaño.
La diferencia final fue enorme, sí, pero el ‘partido’ se vio decidido por pequeños detalles. Fueron sólo algunos de los momentos destacados en una jornada de miércoles histórica para la Federación: desde 1990 no había habido un proceso electoral tan parejo en sus semanas previas. El ‘rodillo’ de Vicente Muñoz se había impuesto con facilidad y sin oposición mandato tras mandato. Ayer, Salvador Gomar alcanzó ‘de facto’ la presidencia del ente federativo, pero tuvo que pelear hasta el último voto.
Pero empecemos por el principio.
Pese a que el código (tácito) de buenas prácticas exige limitar las llamadas al voto y a la acción en día de elecciones, pronto la delicada ‘paz’ entre candidaturas saltó por los aires a primera hora de la mañana, con la filtración y publicación de un audio en el que la presidenta del E1-Valencia Paiporta, Yolanda Folguera, movilizaba a aquellos votantes afines a Gomar para acudir en autobús (sufragado por la propia presidenta) a llevar a cabo sus votaciones en persona. Una situación similar a la vivida en la propia sede de la FFCV de Castellón, donde varios autobuses ‘descargaron’ votantes afines a Albelda procedentes de clubes como CD Roda o Villarreal.
Vamos, lo que viene siendo una jornada de elecciones con todas sus consecuencias.
Los cruces de llamadas, Whatsapps y acusaciones se mantuvieron en las horas siguientes. Incluso se dio el caso de que ambos candidatos a la presidencia, Gomar y Albelda, se cruzaron en persona en la sede de la FFCV en Valencia. Eran las once de la mañana. Tras una campaña de mucho desgaste en las últimas semanas, la tensión cuando ambos coincidieron en la misma sala podía cortarse en rebanadas. Finalmente la sangre no llegó al río, pero indicó bien a las claras que un proceso electoral que todos deseábamos cívico y limpio se acabó embarrando debido al lodo de las acusaciones, fundamentadas o no.
Después de comer, la afluencia dio un empujón. Como suele ser habitual, los rezagados se hicieron con el control de la sede en la calle Barón de Carcer en Valencia, abarrotando pasillos, salas y escaleras para depositar su voto antes de que dieran las seis de la tarde. Más de mil personas pasaron por las urnas en ese tramo de la jornada.
Un recuento que se decidió por un estrecho margen
Seis en punto de la tarde. Las tres sedes cerraron el plazo para votar. Primera gran noticia: los datos de participación fueron altísimos, con un gran porcentaje del censo tomando parte en el proceso electoral. Las ganas de cambio y de ver caras nuevas en el ente federativo eran patentes. La ciudad de Valencia bullía de actividad (se disputaba un VCF – Juventus a las 21:00 horas en Mestalla), pero el gran ‘partido’ del fútbol valenciano se disputaba en el recuento de los votos. Un recuento que, pese a haber previsiones de prolongarse hasta bien entrado el jueves, se decidió acelerar y agilizar al máximo. «Tardemos lo que tardemos», se dijo desde la mesa de trabajadores de la FFCV encargados del escrutinio. Por delante, horas y horas contando papeletas y haciendo cuentas.
Con interventores de ambas candidaturas presentes para asegurar la limpieza del proceso (y para reclamar cualquier voto en el que percibiesen irregularidades) y un representante de la Consellería supervisando todo el operativo, los primeros en llegar fueron los datos conjuntos de Alicante y Castellón. Y el primer escrutinio parcial traía buenas noticias para Salvador Gomar: el que fuese hasta el pasado mes de julio secretario general había logrado un gran número de apoyos entre los asambleístas (49 entre ambas provincias, por sólo 8 para Albelda).
Dos momentos iban a ser claves en el proceso electoral: los resultados entre los clubes de la provincia de Valencia (estamento por el que se presentaba Gomar y con un ‘peso’ de 25 miembros de la Asamblea) y los votos entre los entrenadores de Valencia (Albelda se presentaba como asambleísta por dicho estamento). Ambas votaciones se decidieron por un estrecho margen de menos de veinte votos. Y las dos cayeron del lado de Gomar: no sólo el abogado lograba entrar como asambleísta (representando al CD Cuenca) y tener una amplísima mayoría de miembros afines a su candidatura, sino que además Albelda se quedaba fuera del ‘Parlamento’ del fútbol valenciano.
Pasaban once minutos sobre la una de la madrugada cuando las elecciones a la presidencia de la FFCV se habían decantado de forma definitiva.
Quedaba todavía el recuento de los jugadores de la provincia de Valencia (que, por cierto, también ganó Gomar), pero el pescado ya estaba vendido. De manera soslayada, aquellos presentes que formaban parte de la candidatura SUMA de Salvador Gomar se felicitaban y abrazaban. El propio Gomar hizo acto de presencia en la sede de la Federación, una vez el resultado estaba cerca de ser definitivo. Era el momento de liberar tensiones. En los rostros de los miembros de la candidatura de Albelda, lógica decepción.
Los teléfonos echaban humo mientras los resultados se difundían por los grupos de Whatsapp y redes sociales. «Gana Gomar». La hoja de papel manuscrita en la que este periódico fue apuntando los parciales de cada escrutinio corrió por los ‘smartphones’ del fútbol valenciano a la velocidad del rayo. ESPORTBASE, como único medio de comunicación con un redactor presente en el acto, anunció de manera oficial los resultados a falta de la confirmación por parte de la Junta Electoral y la Consellería de Educación, Salud y Deporte.