Valencia, Villarreal y Levante acaparan el 75% de equipos en las Superligas gracias a los convenios

Es uno de los debates más longevos y que viene repitiéndose temporada tras temporada desde la creación en su día del Grupo 1 de fútbol-8 en la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana y, desde hace dos años, en el desarrollo de las Superligas de fútbol base: el gran volumen de equipos en los que, a través de convenios, las grandes escuelas de élite tienen influencia. Una situación que será todavía más acusada a partir de este verano: el 75% de los clubes participantes estará vinculado de alguna manera a Valencia CF, Villarreal CF y Levante UD, las tres escuelas de élite con equipo en Primera División.

Los 16 clubes que disputarán las Superligas 2018-2019 de fútbol-8 serán: Valencia CF, Villarreal CF, Levante UD, Fundación VCF, CD Roda, Patacona CF, Alboraya UD, Torre Levante CF, Mislata UF, Colegio Salgui, CDB Massanassa, Sedaví CF y los recién ascendidos Sporting Benissanó, Santa Bárbara Platges d’Alboraya, Torrent CF y CD Malilla. Cada uno pondrá en liza cuatro equipos, correspondientes a las categorías Alevín Primer Año, Alevín Segundo Año, Benjamín Primer Año y Benjamín Segundo Año.

Con diferencia, el club que abarca un mayor número de clubes en términos de influencia es el Valencia CF. Desde hace años mantenía convenios con varias escuelas (como Alboraya UD o Salgui, colaboradores habituales del club blanquinegro), pero la presentación en sociedad el pasado jueves de los acuerdos Escoles VCF ha aumentado todavía más la cifra hasta alcanzar las veintitres escuelas. Así, en Superligas, el Valencia tendrá compitiendo a su propio equipo y tiene acuerdos con los conveniados Fundación VCF, Alboraya UD, Colegio Salgui y el ascendido Torrent CF.

A estos habría que sumar también el Santa Bárbara -conveniado con el Alboraya UD- y el Sporting Benissanó, club conveniado con el CF San José (que, a su vez, está conveniado con la escuela valencianista). Siete en total: desde este verano, casi un 40% de los participantes en las Superligas están bajo el ‘paraguas’ valencianista.

En el caso del Villarreal, el club ‘groguet’ centra gran parte de su área de influencia en la zona de Castellón, por lo que a sus equipos hay que sumar también la estrecha vinculación con los del CD Roda. Sin embargo, desde hace pocos meses también trabajan en colaboración con el Mislata UF en la provincia de Valencia. En total, tres escuelas con sello amarillo.

En lo que respecta al Levante, lógicamente centra sus esfuerzos en sus equipos pero también en los del Patacona CF, club con el que existe un convenio de colaboración desde hace varios años y que fue renovado la temporada pasada.

Por lo tanto, sólo cuatro clubes competirán ‘en solitario’ la temporada que viene: Torre Levante, CD Malilla, Sedaví CF y CDB Massanassa.

Hablan los equipos sin convenio

Foto: Torre Levante

Carlos Parrilla, coordinador de la escuela del Torre Levante, es muy claro al respecto: «Me gustaría regresar a una competición más ‘normal’, en la que no importen tanto los resultados. La promoción de la competición ha propiciado, como es lógico y normal, que cada escuela busque apoyos en forma de convenios. Me gustaría que la FFCV revisara el actual formato y generar un modelo alternativo, menos elitista», explica. Mientras llega ese punto, en el ‘Torre’ buscan su propio modelo de convenios con otras escuelas amigas: hace unas semanas rubricaron un acuerdo de colaboración con el Mislata CF para ayudarse mutuamente.

En el caso del CD Malilla, desde la dirección deportiva insisten en que su principal ocupación ahora mismo es afrontar con garantías su primera temporada en Superligas y que el hecho de no estar conveniado con ningún club ‘grande’ les otorga «más mérito todavía». Sin embargo, no descartan un acuerdo de este tipo en el futuro, siempre y cuando se trate de «la mejor opción» para el desarrollo de la escuela.

El presidente del Sedaví CF, José Company, lamenta que «los grandes tengan tanta influencia en la competición» y pone en valor el trabajo de su club: «Aquí está el Sedaví, que es de un pueblo pequeñito en las afueras de Valencia, y lo que hemos logrado lo hemos hecho en solitario y a base de mucho trabajo», reflexiona. Cree que ese trabajo no debe quedar relegado a un segundo plano y también aventura posibles escenarios en la competición: «Sabemos que va a ser difícil mantenernos, porque hay cuatro plazas de descenso a final de temporada… Nos va costar muchísimo trabajo. Debería regularse un poco mejor por parte de FFCV; de lo contrario, el pez grande siempre se comerá al pequeño», sentencia.

También aboga porque las líneas Alevines y Benjamines vayan «por separado» en los ascensos y descensos a Superligas para favorecer la igualdad de condiciones y oportunidades en todas las escuelas. Otra de sus ideas implica separar en competiciones distintas a las escuelas de élite y sus convenidas o colaboradoras del resto de escuelas, «porque en caso contrario, a la larga, será imposible competir así».

Por último, Paco López -director deportivo del CDB Massanassa– indica «entender a la gente a la que no le gusta» la situación actual con los convenios. «A nosotros nos cuesta muchísimo crear equipos competitivos, especialmente en Alevín de Segundo Año que es la que marca el ascenso o descenso a Superligas. Una solución en nuestra escuela, en lugar de potenciar la captación de jugadores, es la de fidelizar a nuestros jugadores desde años anteriores. Formar, fidelizar y darles continuidad», añade.

El nivel de influencia en la competición y en los equipos que la componen será, a buen seguro, uno de los ‘puntos calientes’ en la temporada 2018-2019. Por el momento, desde el Valencia CF reiteran que, desde su dirección técnica y lejos de querer tener un impacto negativo en las Superligas, «no se piensa en las categorías» a la hora de rubricar estos convenios, sino «en mejorar la formación y educación de técnicos de estas escuelas». ¿El objetivo? «Aumentar el nivel de los jugadores», concluyen.

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Fundador y director de ESPORTBASE Media desde 2015. Periodista, educador y deportista. Tras una década con los 'mayores', descubrí lo satisfactorio que es inculcar valores deportivos y personales a los niños. Mi padre fue mi héroe.

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