El aikido es una de las artes marciales japonesas tradicionales que han tenido bastante difusión en Occidente, pero al contrario que otras que incluso han llegado al mundo olímpico en su aspecto deportivo, el aikido está privado de la idea o concepto de competición en su práctica. Sin embargo, contiene en su enseñanza valores muy ‘deportivos’ como la disciplina, el trabajo, el respeto y la tolerancia.
Las escuelas de artes marciales en Valencia que ofrecen esta discipilina para categoría infantil no son muy abundantes, pero las que hay, cuidan y potencian su cantera. Es el caso de la escuela Dojo Hikari, en el barrio de Campanar, que está desarrollando iniciativas novedosas en este sentido.
Según el sensei Daniel Aguirre, maestro de la escuela, “las clases para niños y adultos tratan las mismas técnicas, conceptos y trabajos, pero a ritmos e intensidades diferentes, por supuesto. No estamos hablando sólo de una defensa personal sino de una práctica para el crecimiento de las personas, encaminado a la mejora de diferentes aspectos físicos, mentales y espirituales, que no religiosos”.
En esa dirección se han realizado recientemente algunas jornadas de entrenamiento con una visión muy didáctica, en que se hizo confluir en la misma clase al grupo de niños con el de adultos. La curva de aprendizaje en el aikido es lenta, cosa que se entiende desde la visión de que la práctica es el objetivo en sí misma, buscando perfeccionarla, más que ganar o perder un combate, cosa fuera de la mentalidad y concepto de este arte marcial clásico.
De esta forma, realizando este tipo de clase mixta, se pretendía ofrecer modelos de más desarrollo a los practicantes de la categoría infantil, y hacer ser más precisos (para ser más didácticos y actuar con más autocontrol) a los practicantes adultos. Estas jornadas de entrenamiento culminaron con una clase especial que se abrió a la participación de los padres y madres de los niños y niñas que entrenan en el Dojo Hikari, para que pudieran experimentar de forma directa lo que aprenden sus hijos e hijas, y construir un buen feedback con la escuela, experiencia piloto muy en la línea de algunas prácticas punteras que se están aplicando en el mundo de la educación como las llamadas “comunidades educativas”.
Llama la atención que pese a proceder de la cultura de los guerreros samurai, el aikido no contenga la idea de competición. “Contemplamos conceptos que quizá estén desvalorizados o desactualizados, pero no se pretende volver al pasado sino trabajar lo que tiene valor”, explica el sensei Aguirre.
En este sentido, se puede entender el beneficio pedagógico que supone para los niños y niñas que entrenan aikido el crecer en una práctica intensa como un arte marcial en donde se excluya una idea como la competición de unos contra otros. Pese a no ser un “deporte” moderno al uso, genera una gran noción de “deportividad” en sus practicantes.
El Dojo Hikari cierra el curso académico con un evento que posiblemente sea de los primeros en Valencia de este perfil: un seminario de aikido infantil el próximo 30 de junio. Se encuadra en el seminario general y visita que realiza el sensei Ricardo Corbal, uno de los máximos exponentes del aikido en Sudamérica, a la escuela y a Valencia. Dando esta atención a su cantera, se puede augurar un futuro con muchos cinturones negros formados en esta escuela.
Texto: Killian Cuerda
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