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Un triple solidario para incentivar los valores del baloncesto entre los niños sin recursos del Sáhara

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Foto: MMARTINYCA

Con la intención de cumplir su objetivo de dejar huella sostenible y solidaria en nuestro planeta, MMARTINYCA, la única empresa española de menorquinas que utiliza neumático reciclado en todo su calzado, lanza mañana una edición limitada de 1.500 abarcas con la que ayudará a construir una pista de baloncesto para incentivar los valores del deporte entre los niños y los jóvenes en riesgo de exclusión en Casablanca, en el desierto del Sáhara.

La acción, bajo el hashtag #JugonessobreRuedas, viene ligada al acuerdo de colaboración que la startup española ha firmado con la multinacional Bridgestone para que MMARTINYCA utilice sus neumáticos fuera de uso (NFU), que se reciclarán para la elaboración de una colección limitada de menorquinas.

La campaña se va a desarrollar a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter con la idea de conseguir la mayor cantidad de neumáticos y lograr construir en el desierto del Sáhara la primera pista de baloncesto hecha con neumático reciclado en África, que no desaparezca con el tiempo, al estar hecha con un material tan resistente. “He jugado al baloncesto más de 20 años y este deporte es, sin duda, una de mis guías clave de valores, felicidad y aprendizaje. Por ello, cuando creé la marca tenía claro que era un lujo elaborar un calzado que cuida el medioambiente y que emplea mínimo ocho manos artesanas. Pero el privilegio real es poder disfrutar juntos creando un proyecto como #JugonessobreRuedas en el que yo reciclo una rueda para crear suelas indestructibles para ti y, a cambio, tú dejas huella sostenible con tus zapatos y mantienes un oficio y una tradición vivas. Al final todos ganamos apostando por el deporte para llevar una guía a los niños en África, que necesitan crecer jugando para evadirse de sus problemas diarios”, asegura María Martínez, fundadora de MMARTINYCA.

A través de esta plataforma, los usuarios podrán contribuir para llegar al objetivo de la campaña, para lo que se establece un modelo 1 x 1, que consiste en que por cada par de menorquinas de la serie limitada con suelas Bridgestone que se compren, se destinará una rueda para el proyecto hasta llegar a los 1.500 que son necesarios para construir una cancha de 300 metros cuadrados (incluso se crearán más campos de juego cuantos más NFU se consigan). Además, habrá incentivos para los primeros 120 patrocinadores, gracias a los que se podrán poner en marcha las máquinas en los vertederos para el reciclado de los neumáticos de la primera pista.

Tres modelos de abarcas unisex 100% elaboradas de manera tradicional en Menorca

La empresa española une lujo y sostenibilidad consciente, un binomio que la CEO considera “perfecto” y el futuro de la moda para que, sin dejar de lado el diseño, la calidad y la comodidad, un zapato pueda hacer “algo más que vestir bonitos unos pies”, según expresa Martínez, y que el beneficio económico tenga la misma importancia que el cuidado por las personas y por la naturaleza.

Las abarcas de la colección son 100% elaboradas a mano en la isla de Menorca, con el fin de mantener su icono intacto y un oficio, el de maestro zapatero artesano, que se está perdiendo en España, y se elaboran en pieles nobles y éticas de primera calidad para garantizar una suavidad extra. Su diseño es unisex y su suela única de 7 milímetros está hecha con neumático reciclado Bridgestone. Se pueden adquirir en tres colores, que evocan las esencias de la campaña: Martinycas Arena, en tono crema para recordar el árido suelo del desierto; Martinycas Pista Roja, en rojo teja lavado a la piedra, que combina los caminos arcillosos de las calas de Menorca y el tono que tendrá el suelo de la pista de baloncesto, y Martinycas Huella, color distintivo de las ruedas.

Abarcas que ayudan a reducir los neumáticos fuera de uso no biodegradables

La acción de MMARTINYCA y Bridgestone tiene un objetivo sostenible con el que pretende, a su vez, ayudar a disminuir el número de NFU no biodegradables, de los 1.000 millones que cada año llegan al final de su vida útil en el mundo, lo que se convierte en un problema medioambiental.

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