Toda la información del fútbol base valenciano

Un padre, a su hijo: ‘Un cero, hoy un cero, una mierda has hecho’

Se lo dijo en un partido de benjamines, que además acabó ganando su equipo
COMPARTIR
, / 1891 0

Foto: Warner Bros.

La lacra del padre que traslada su frustración a su hijo cuando este se calza las botas, lejos de erradicarse, sigue más viva que nunca. Uno sólo tiene que poner un pie en cualquiera de los cientos de terrenos de juego en los que se disputan partidos de fútbol de formación, para encontrarse con algún descerebrado gritando a pleno pulmón cualquier improperio a su propio hijo (me pregunto qué gritará a los chavales del equipo contrario).

Servidor tuvo la ocasión este fin de semana de comprobarlo en primera persona, viendo un partido de benjamines: chavales de 9 años que apenas han empezado a dar sus primeras patadas a una pelota.

“Un cero, hoy un cero, una mierda has hecho” (padre enfurecido)

Esta historia arranca una vez el árbitro pita el final del partido. Tras vencer 5-3 al rival, con mucha solvencia, Vernon (así he decidido llamar al padre) le gritó a Harry (así llamaremos al hijo; es muy sencillo establecer la analogía): “Un cero, hoy un cero, una mierda has hecho”. Repetimos: el equipo acababa de ganar con mucha solvencia su partido.

No podía salir de mi asombro. Los periodistas tenemos la mala costumbre de no perder detalle de lo que pasa a nuestro alrededor (al menos, eso intentamos). Y cuando algo sucede, algunos hasta tenemos el vicio de preguntar o tratar de averiguar el porqué de lo sucedido.

El motivo del cabreo de Vernon, no es otro que el de ver cómo Harry ha pasado de jugar en el equipo ‘A’ la temporada pasada a hacerlo en el ‘B’ en la actual. Y claro, eso tiene enfurecido y fuera de sus casillas a Vernon. En cambio, Harry trata de divertirse y competir con sus amigos y compañeros, pese a la lamentable imagen de Vernon cada fin de semana, que no es consciente del daño que hace a Harry cada vez que sale al terreno de juego.

Mientras me van contando esta historia camino de la salida, en mi mente se van sucediendo a modo de flash-back, varias escenas durante el partido. El club, que en “fair play” me consta que es un diez y un ejemplo para muchos, tiene prohibido a los padres situarse en la banda; deben de hacerlo en las gradas si las hay, y en caso de no haber, siempre detrás de la portería. ¿A qué no adivináis dónde se sitúa el energúmeno de Vernon? Correcto: en la banda.

Paseando arriba y abajo cual león estresado en un zoológico, negando continuamente con la cabeza, y corrigiendo sin parar a Harry durante el partido, mostrando su disconformidad cuando su hijo está en el banquillo, o no le pasan la pelota, o el mismo Harry falla un pase o un lanzamiento.

Cabreado con el mundo porque sí, creyendo firmemente que con esa conducta ayuda a su hijo y al equipo. No se imagina que, lejos de eso, su hijo, sus compañeros y el resto de padres de uno y otro equipo sienten vergüenza de Vernon y lástima por Harry. Y esto será así hasta que Harry se canse, meta las botas en el armario y no las saque nunca más.

Me quedé con las ganas de decirle muchas cosas. ¿De verdad no hay ningún responsable del club, padre o madre, que pueda decirle que ya es suficiente? Por si lo sucedido cae en saco roto, ya lo hago yo: ¡Basta ya, Sr. Vernon! Es usted un lamentable ejemplo para su hijo y para el club al que, por desgracia, representa.

Deja una Respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.