Acostumbrados a que los colegiados pasen a ser centro de las iras de aficionados, clubes y jugadores, supone un soplo de aire fresco ver cómo hay otra forma de hacer las cosas para destacar el gran trabajo que se realiza, por regla general, por parte del estamento arbitral cada semana. Árbitros anónimos que, en contadas ocasiones, salen de dicho anonimato para bien: fue el caso de Mario Villena, felicitado públicamente por el Albuixech CF debido a su excelente actuación en un partido de Benjamines ante el CD Caxton College.
Desde el club se aplaudió la labor realizada tras el choque disputado en la última jornada liguera: «Queremos felicitar al arbitro Mario Villena por el excelente trato y paciencia con los jugadores de ambos equipos durante el partido que disputo nuestro club y el CD Caxton College, de categoría benjamín. ¡Gracias, Mario!», fue el mensaje que colgaron en sus redes sociales.
Desde el CF Albuixech queremos felicitar al arbitro Mario Villena por el excelente trato y paciencia con los jugadores de ambos equipos durante el partido que disputo nuestro club y el @CDCaxtonCollege de categoría benjamín. Gacias Mario¡¡¡ @esportbase @mundofb pic.twitter.com/qpMuxUlqKr
— C.F. ALBUIXECH 🇪🇸 (@Albuixechcf) 14 de marzo de 2018
A la felicitación se le añadieron una serie de fotos en las que aparece Villena dialogando con los niños y, hasta en dos ocasiones, ayudándoles a atarse los cordones de las botas. Una estampa mucho más habitual de lo que podría parecer, dado la corta edad de los pequeños que disputan partidos en estas categorías, pero que no siempre es reconocida ni aplaudida por parte de las entidades deportivas.
Elogios con este, que refuerzan el buen hacer y la labor docente de los árbitros, encajan con la filosofía que se pretende promulgar desde los Comités de formar a colegiados más ‘educadores’ en categorías de fútbol base y no meros jueces del juego. Si el colegiado de la contienda demuestra esa paciencia, respeto y ‘fair-play’ a todos los niveles, siempre será más probable que los niños se guíen por su ejemplo. Y más si los propios clubes, como hizo el Albuixech, elogian este tipo de comportamientos.